jueves, 6 de junio de 2013

¿Puede un deporte de riesgo convertirse en terapia?


Los deportes de acción, llamados 'extremos' o 'de riesgo', convocan día a día a más personas con discapacidad. Estas prácticas muchas veces se encuentran unidas a una filosofía de vida que integra la superación de los obstáculos y límites personales y un relacionamiento especial con la naturaleza y el entorno. Las versiones adaptadas del skate, surf, snowboard y escalada, tienen como objetivo mejorar la movilidad y la calidad de vida, alcanzar un equilibrio físico e interior, favorecer la integración de la persona a la sociedad y por sobre todo otorgarle un intenso disfrute. Incluso algunos especialistas aseguran que prácticas como el skateboard pueden ser de gran beneficio terapéutico para jóvenes con autismo profundo.

¿Qué es lo que provoca que cada vez más niños, jóvenes y adultos con diversas discapacidades se acerquen a la práctica de deportes considerados como demasiado riesgosos o aventurados para el común de los mortales? 
Es sabido que la actividad física es vital para las personas con discapacidad, tanto por los beneficios que la misma promueve a nivel psicofísico como por el potencial personal que desarrolla y que permite muchas veces compensar limitaciones y ayudar en el desempeño de las tareas cotidianas y la interacción social.
Si para una persona con discapacidad desenvolverse en la vida diaria supone no pocas veces un verdadero desafío, ¿por qué no llevar adelante actividades físicas donde poner a prueba sus facultades de superación y su bagaje de experiencias? ¿No estarían en este punto aún más preparados que muchos aficionados y deportistas convencionales?
Por otra parte, los deportes de acción suelen llevarse a cabo en espacios abiertos, ya sea entornos urbanos o naturales, lo que sumerge a los practicantes en un diálogo fluido con cada espacio y la posibilidad  de encontrar lo mas profundo de sí mismos a través de situaciones cambiantes y que quizás nunca experimentaron. Visto de esta manera, cada desafío, más que una búsqueda de riesgo, se transforma en una aventura que vincula tanto lo deportivo como lo expresivo y lo creativo y se asimila como experiencia de vida.
Más allá de estos beneficios generales, los especialistas aseguran que prácticas como el skate o el surf, entre otros deportes de acción, son altamente recomendables para niños y jóvenes con trastornos del espectro autista y otras dolencias del desarrollo como el síndrome de Down, llegando incluso a crearse escuelas y fundaciones especializadas en estas actividades para promover dichos beneficios que van desde una mejora en la comunicación a una mejora en el desempeño social y la estabilidad personal.
La llegada de las personas y deportistas con discapacidad a las disciplinas de acción ha dejado además una fuerte impronta en las redes sociales y los medios de comunicación, convirtiendo a muchos practicantes en los nuevos ídolos de jóvenes y principiantes, lo cual modifica profundamente los paradigmas del “héroe deportivo”, algo que, salvo escasas excepciones, no podía darse con aficionados a los para-deportes más convencionales. Semejantes experiencias de vitalidad, desafío y goce que trascienden la mera disciplina deportiva, ayudan a derribar barreras perceptivas y tejer un nuevo imaginario social sobre la discapacidad.  

Un fenómeno en auge
Deportistas profesionales, amateurs o practicantes recreativos coinciden a la hora de comunicar cuáles son los registros internos y cualidades que los atraviesan al entregarse a los deportes de acción: camaradería, atemporalidad, transformación, goce y sentido de libertad. Todos estos componentes acuñan una experiencia que muchas veces es descripta como “trascendental”, es decir que nunca se sale igual luego de entregarse a una sesión. 
La interacción persona/contexto que experimenta el individuo que se funde en su práctica deportiva “extrema” y que promueve este “sentido de trascendencia” bien podría circular por dos carriles: la reafirmación de su identidad y la motivación. Los altos niveles de emoción y entusiasmo producen una experiencia culminante, modificadora que se vive de manera individual pero que puede ser compartida.
La camaradería, tan arraigada a los deportes de acción, hace que estas disciplinas, puedan promover un sentimiento de pertenencia muy fuerte alrededor de la experiencia “trascendente” compartida y de las complicidades tejidas en cada incursión. Involucrarse en un deporte de acción es siempre una buena manera de hacer amigos que comparten intereses e intensidades similares. Muchos skaters, surfers, snowboarders y BMXers (bikers) conforman verdaderas comunidades donde el intercambio de saberes y el mutuo estímulo deriva además en una “cultura” en torno a la práctica.
Este factor social juega sin dudas un papel muy beneficioso para las personas con discapacidad, ayudándolos en sus procesos de integración y favoreciendo su autoestima. La capacidad de superar limites personales y “autotrasnformarse” se experimenta como un "pico", pero que va más allá de una alta adrenalina o emoción, sino más bien como la intensificación de la autopercepción.
Respecto a la adrenalina, no podemos dudar su importante rol en los deportes de acción. El sentimiento de riesgo y desafío que se produce durante la actividad, lleva a una sensación de haber alcanzado nuevas metas e invita a aplicar los resultados en la vida cotidiana, aumentando la sensación de que es posible ampliar los límites. 
Concientes de estos beneficios, muchos deportistas y especialistas ligados a la discapacidad vienen desarrollando programas especiales, escuelas y fundaciones que promueven las prácticas deportivas de acción adaptadas para personas con distintos tipos de discapacidades. 
Una de las iniciativas más notables es la “Adaptive Action Sports” (ADACS), una organización estadounidense respaldada por la cadena ESPN que ayuda a las personas con discapacidad física a encontrar la confianza para ser autosuficientes, mediante programas y diversos campamentos y eventos de skate, snowboard y muchos otros deportes extremos.
Esta notable organización cuenta entre sus fundadores con el deportista extremo Daniel Gale y la talentosa deportista extrema, artista y modelo Amy Purdy, doble amputada que perdió sus piernas a los 19 años debido a un shock séptico causado por una peligrosa infección en la sangre. 
Durante estos ocho años, ADACS ha promovido y creado eventos y programas deportivos para jóvenes y adultos jóvenes que portan discapacidades físicas permanentes. “Creemos que estas prácticas deportivas desarrollan la individualidad y la creatividad mientras construyen independencia y confianza”, sostienen sus fundadores, quienes además aseguran que los deportes de acción elevan el nivel de expectativas y el respeto de las capacidades y potencialidades de los individuos con discapacidad. “Cuando empezamos, no teníamos ni idea de cuántas personas con  discapacidad querían patinar y realizar deportes como el snowboard, pero después de que lanzamos nuestro sitio web, salieron de la nada. Nos dimos cuenta muy rápidamente de que había una necesidad significativa de lo que estábamos haciendo y que nos motiva a seguir adelante con la idea”, explica Purdy.
A partir de esta experiencia nacieron muchas iniciativas que apuntaron al mismo objetivo y que del mismo modo tuvieron una amplia resonancia en las personas con discapacidad. Experiencias similares se están replicando en el mundo entero.
 Una de las iniciativas más importantes de la fundación para este año se centra en “Go Skateboarding Day”, una jornada mundial que se festeja cada año el día 21 de junio y donde los skaters de todo el mundo celebran el puro placer de andar en patineta saliendo a las calles y realizar incursiones masivas por cada ciudad. 
Para esta fecha, Crys Worley tiene pensado un evento especial: “Ese día, nos encantaría ver patinadores de todas partes compartiendo el festejo con niños con autismo. Ese es nuestro objetivo final, ver a los patinadores profesionales de las distintas ciudades de todo el país invertir parte de su “Go Skateboarding Day” para llevar a un niño con autismo andando a su lado. Los niños con autismo pueden prosperar dadas las circunstancias correctas - son individuos inteligentes, creativos y sensibles que necesitan lugares donde se celebre su singularidad. Vamos a ayudarlos a encontrar un lugar para expresarse a través de skateboarding”.
Aunque parezca increíble, la práctica del skate ha incorporado también a muchos deportistas con discapacidad física y amputados. Gracias a la evolución de las prótesis y a pequeñas adaptaciones realizadas en las tablas (las tablas largas o longboards permiten también una mayor estabilidad y suspensión que el skateboard convencional), han surgido en los últimos años verdaderas estrellas de este deporte. Entre ellas se cuenta con el ejemplo de Jon Comer y Amy Purdy.
Comer, destacado skater profesional de 30 años de edad tiene una amputación por debajo de la rodilla. Mientras que muchos skaters que cuentan con sus piernas biológicas pueden llegar a controlar la tabla sin prestar atención visual a sus pies, sino a través de la sensación, Comer tiene que confiar más en el instinto y no perder de vista su prótesis. "En cuanto al control de mi pie, empecé con una prótesis y eso es todo lo que sé. Miro mis pies con más frecuencia que otros, pero también puedo hacer un montón de trucos sin mirar”.
Comer no tiene una prótesis exclusivamente para el skateboarding, prefiriendo mantener la misma pierna para todas las actividades. Recientemente recibió un innovador pie protésico fabricado de avanzada, llamado “Venture Foot”, más flexible y con rebote, y hasta el momento es aparentemente indestructible ante el esfuerzo y los impactos que provoca el skate. Antes de esta innovación, Comer destruía alrededor de seis prótesis al año.
Sus habilidades en la patineta han dado a Jon mucha atención a nivel nacional, lo que incluye un documental sobre su vida, "Nunca antes hecho", realizado por el cineasta Matt Powers, cuyos trailers causan sensación en redes sociales como YouTube.
Por su parte, Amy Purdy es una joven actriz, artista, conferencista motivacional y deportista profesional que se ha destacado en diversos deportes de riesgo. Además es portavoz de la Challenged Athletes Foundation, una organización que brinda apoyo a deportistas con discapacidad, co-fundadora de Adaptive Sports Action, organización sin fines de lucro dedicada a introducir a las personas con desafíos físicos en los deportes de acción, modelo y parte del team de la firma Element, una de las mayores marcas ligadas al skate. 
A los 19 años, Purdy contrajo meningitis Neisseria, una forma de meningitis bacterial que afectó su sistema circulatorio de una manera tan agresiva que tuvieron que amputarle sus dos piernas por debajo de la rodilla y extirparle el bazo. Luego de escapar de la muerte, dos años más tarde y como consecuencia de la enfermedad tuvo que recibir un riñón trasplantado de su padre.
Pero ninguno de estos reveses pudieron atenuar su espíritu de superación. Apenas siete meses después recibir sus prótesis, Purdy comenzó a practicar snowboard (una versión del surf que se lleva a cabo sobre la nieve y en pendientes) y alrededor de un año después de que sus piernas fueron amputadas, llegó al tercer lugar en un concurso de snowboard en Mammoth Mountain. Poco tiempo después se alzaría con una medalla dorada en el campeonato mundial de snowboard adaptado. Luego llegarían el skate, la bicicleta y el atletismo. 
Purdy asegura que no logró encontrar el rumbo para terminar de aceptar su discapacidad hasta que se encontró con los deportes extremos adaptados y toda una comunidad de personas en su misma situación. Para compartir lo importante que han sido estas prácticas para superar su condición decide viajar por su país brindando charlas motivacionales como la que recientemente ofreció para la reconocida plataforma TED (del inglés Tecnología, Entretenimiento, Diseño), una  organización sin fines de lucro dedicada a difundir y “potenciar el poder de las ideas para cambiar el mundo", donde recibió una ovación de pie.
 
Surf 
Antecesor de todos los deportes de acción que se practican sobre una tabla, el surf presenta un escenario no menos ideal para que personas con discapacidad encuentren una excelente opción para disfrutar de una jornada de tiempo libre.
A las estimulantes posibilidades que brinda el skateboarding, el surfing suma el universo de posibilidades y contención que genera el contacto con el agua. Este ámbito tan acogedor y reparador para el ser humano permite que muchas personas con discapacidad física y mental se sientan contenidas. Además, la posibilidad de flotación permite que aun quienes sufren de dolencias severas como parálisis o lesiones medulares puedan encontrar en el agua un medio de mayor autonomía y libertad. 
El surfing adaptado posibilita que el practicante se deslice en la tabla de muy distintas maneras, dependiendo de sus necesidades y habilidades, y que encuentre su propio estilo.
Desde hace más de diez años se han multiplicado en todo el mundo las escuelas de surf adaptado que trabajan con personas con las más diversas condiciones y dolencias: parálisis cerebral, distrofia muscular, autismo de alto y bajo funcionamiento, enfermedad de Huntington, esclerosis múltiple, espina bífida,  ceguera, sordera y paraplejía. En todos los casos los resultados son sorprendentes y con ellos la conformación de grandes comunidades de deportistas y aficionados.  
En un reciente informe de la cadena BBC, se dio a conocer que hace varios años, el personal de las fuerzas armadas del Reino Unido que sufría el síndrome de estrés post-traumático (TEPT) afirmó que la práctica del surf les había proporcionado alivio a su padecimiento. A partir de esta experiencia, distintas escuelas locales de surf están llevando a  cabo sesiones especializadas con niños con autismo, parálisis cerebral y síndrome de Down.
En Florida, Estados Unidos, lo propio ha sido llevado a cabo por Surfers for Autism, una asociación enfocada en desbloquear el potencial de las personas con retraso del desarrollo y la eliminación del estigma social a través de la sensibilización, la  educación y programas de voluntariado. Al igual que en A.skate, en el portal de Surfers for Autism abundan los testimonios acerca de los cambios positivos percibidos en la conducta, el desempeño y la vitalidad de los niños que participan de los programas de entrenamiento.
Todavía no se han llevado a cabo estudios de campo que puedan determinar a través de qué procesos el surf y el skate logran enfocar a los niños con autismo, pero las experiencias se multiplican por todo el mundo y son innegables. 
Sería muy difícil imaginar a un joven con autismo severo dejándose llevar al mar de la mano de un desconocido, ponerse un apretado traje de neoprene y luego montar una tabla, sin embargo sucede. "De alguna manera, hay una magia que sucede", comenta Izzy Paskowitz, surfista veterano, padre de un niño con autismo y fundador y presidente de la Surfers Healing (Surfistas sanando), otra ONG dedicada a esta tarea. Su amplia labor llevada a cabo con jóvenes con autismo se vio reflejada en el film documental “Rasgando el horizonte: Una vida de surf”, donde Izzy comparte el impresionante trabajo realizado con su propio hijo. Isaiah, que fue diagnosticado con autismo a los tres años y al igual que muchos niños autistas, a menudo sufre de sobrecarga sensorial donde simples estímulos pueden llegar a abrumarlo, pero el océano es el único lugar donde logra encontrar un respiro. 
En tanto a las discapacidades motrices, Life Rolls On, una organización sin fines de lucro, filial de la Fundación Christopher Reeve, busca dar inspiración para ver las posibilidades sin límites más allá de la parálisis. Fundada en 2002 por Jesse Billauer, se ha convertido en un catalizador de esperanza para miles de personas en todo el mundo.
En 1996, a punto de convertirse en un surfista profesional, Billauer sufrió una lesión de la médula espinal mientras navegaba. A pesar de que la misma resultó en cuadriplejía, el espíritu de Jesse no estaba roto, y la frase "Life Rolls On" (La vida sigue rodando) nació como fuente de inspiración. De allí en más comenzó la aventura de intentar regresar a las olas, pero esta vez de una manera diferente. 
Con ayuda de amigos y familiares, Billauer logró sobreponerse y en el correr de los años decidió ampliar su experiencia hacia otras personas en la misma condición. Gracias a su ejemplo hoy son muchas las asociaciones que suman al surf a variados programas de rehabilitación, tiempo libre y entrenamiento para surfistas profesionales de navegación adaptada.
 
Escalada y montañismo
De todos los deportes de aventura al aire libre, la escalada y el rappel se han convertido en actividades muy populares entre jóvenes y adultos con discapacidad. 
Gracias a los avances tecnológicos y los sofisticados aparejos de seguridad, incluso personas en silla de ruedas pueden experimentar increíbles sensaciones sin tener que abandonar su medio de desplazamiento y de manera casi o totalmente independiente. 
La escalada es una actividad apasionante que no sólo requiere de fuerza, flexibilidad y agilidad, sino de gran concentración mental. Las tres primeras cualidades pueden ser potenciadas o suplidas por la variedad de implementos que se han desarrollado en los últimos años, incluso en Europa existen palestras y centros de entrenamiento diseñados exclusivamente para personas con discapacidad y que son totalmente accesibles.
Llevar a cabo experiencias al aire libre proporciona un entusiasmo y estímulo invaluables, además de grandes beneficios psicofísicos. Así como el yoga y el sistema Pilates corrigen los desequilibrios musculares y mejoran la alineación del cuerpo, la escalada mejora el equilibrio y la flexibilidad, fomentando a su vez una buena postura y circulación sanguínea. 
Uno de los beneficios más importantes asociados con la escalada en roca o en palestra es el efecto sobre la salud cardiovascular. También se destaca la tonificación muscular que deriva a su vez en pérdida de peso. La escalada en roca  con una intensidad moderada durante alrededor de una hora quema alrededor de 400 calorías.
Al mismo tiempo es un deporte que ayuda a desarrollar una visión positiva y equilibrio emocional. Cada ruta abre un juego de estrategias y posibilidades, similar al ajedrez, donde el deportista debe calcular cada movimiento, por mínimo que sea. 
Esta profunda conciencia corporal y espacial provoca una suerte de estado meditativo que estabiliza la presión arterial, aumenta de la serotonina (neurotransmisores producen un equilibrio en el ánimo), generando una mejor disposición anímica y a su vez y optimiza el sistema inmunológico.
La escalada representa desde esta perspectiva integral una insuperable herramienta para descubrir límites, dialogar con ellos de manera lúdica y luego empuja a ir más allá de ellos, renovando el espíritu de aventura y abriendo el camino para emociones genuinas y reparadoras. 
Además de estas disciplinas, son muchas otras las prácticas deportivas de acción que ofrecen experiencias integrales y significativas para las personas con discapacidad, llegando a desarrollarse nuevos deportes exclusivamente pensados para ser practicados en silla de ruedas o aprovechando apoyos ortopédicos. 
En nuestra región aún no han proliferado como en Europa, Oceanía o Norteamérica, pero con el creciente interés general no es de extrañarse que en breve comiencen a lucirse los primeros referentes y surjan las primeras escuelas especializadas. 
Como mencionamos anteriormente, los deportes de acción disuelven las barreras entre la destreza física y la vida, entretejiéndose con las aspiraciones y el modo de proyectar y concretar el propio destino de cada aficionado. No es tanto la búsqueda de riesgo sino la conquista cotidiana de ese destino la que se monta en una patineta o tabla de surf, que se desliza por una cuerda o sobre la nieve. Afirmarse en el sí mismo, percibir la potencia física y el ingenio mental o simplemente sentir el viento en el rostro que nos devuelva una nueva autoconciencia va más allá de un mero entretenimiento o actividad corporal, y para quienes cada día van más allá de lo aparente no puede haber un mejor escenario para manifestarse en plenitud. 
 
Luis Eduardo Martínez

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