sábado, 12 de septiembre de 2015

Recursos innovadores para la inclusión de niños y niñas


El Área de Educación Artística ofrece infinitas posibilidades de aprendizaje colaborativo, puesto que difícilmente los lenguajes artísticos en la escuela puedan promoverse como algo individual o en soledad, de allí la importancia de originar los acercamientos entre Educación Plástico-Visual, Educación Musical, Expresión Corporal -o danzas, incluyendo las folclóricas-, Educación Teatral y/o Teatro de Títeres, en actividades de entrecruzamiento y complementariedad recíproca; sin embargo, aún hay más, el siglo XXI nos amplía las posibilidades de crear y aprender, al incorporarse otras disciplinas, igual de importantes y necesarias como, por ejemplo, las Artes Digitales y todos los recursos de animación multimediales existentes.


La inclusión educativa de niños y niñas con NEE a la escolaridad común es hoy una realidad tangible, cada día que transcurre son más las escuelas comunes con proyectos inclusivos que se suman en todo el territorio nacional y han elegido incorporar en sus aulas a niños y niñas con alguna discapacidad, ya sea sensorial, intelectual o motriz. Y no lo hacen por una  simple moda pasajera ni por un mandato piadoso, sino porque finalmente se ha entendido que la inclusión nos favorece y nos sirve a todos como sociedad organizada. 
Entonces, con mucha satisfacción podríamos aseverar que como sociedad democrática, plural y diversa, hemos avanzado exponencialmente, hemos madurado y crecido, se le ha ganado un significativo terreno a la intolerancia, pero también a la desigualdad, a la ignorancia y a la discriminación; no obstante, esta consolidación de equidad e igualdad de condiciones no ha sido tarea fácil, pues hubo que vencer un entramado de prejuicios muy internalizados en el sistema educativo; sin embargo, la sistemática y mancomunada labor de padres y docentes ha permitido que hoy nuestros niños y niñas con NEE puedan acceder a idénticos espacios dentro de la escolaridad común como un derecho conquistado y no como algo voluntarioso.
Luego de años de promover y fundamentar los beneficios de los espacios de aprendizajes compartidos para ambos universos educativos, o sea, el de las NEE junto con las NEC, se ha logrado desterrar de las escuelas de educación común la idea perversa que subyacía hacia esta población, pero que jamás se expresaba de manera directa aquello que parecía enunciar que la discapacidad era contagiosa y no había que aceptarla, debía permanecer encerrada en sus guetos y, de ser posible, bien escondida. Hoy los discapacitados ocupan el lugar que les pertenece en las instituciones y convivimos a diario con la diferencia. Eso también es calidad democrática, con escuelas en y para la democracia.
Estos logros del presente, que jamás estuvieron desprovistos de polémica, prejuicios y descalificaciones, con perseverancia, conocimiento, trabajo constante, junto al significativo aporte de las neurociencias y a la aplicación responsable de las nuevas leyes sancionadas, contribuyeron a que el paradigma educativo se modificara, la ruptura epistemológica finalmente se produjo y, aunque aún falta mucho por conquistar, la presente realidad nos permitirá seguir avanzando, incorporando nuevos espacios para la inclusión y desterrando de nuestras escuelas las prácticas discriminatorias, los rótulos descalificadores, la mirada compasiva y el etiquetamiento de “pobres criaturas, no pueden” hacia los niños y niñas con NEE que existía hasta hace sólo una década atrás al interior de las escuelas comunes, cuando se trataba como tema necesario e impostergable la integración y/o la inclusión de la discapacidad, en cualquiera de sus manifestaciones.
El objetivo del presente trabajo es demostrar cómo niños y niñas con NEE, ya sea con discapacidad mental profunda, moderada o leve, pueden ir, de acuerdo a sus propios intereses, capacidades y limitaciones, tiempos individuales, estimulación y motivación, poco a poco participando e integrándose, al principio en pequeñas jornadas de trabajo, a la escolaridad común (en determinados casos, muy puntuales, sin hacer abandono de la escuela especial, ya que ésta le permitirá el desarrollo y tratamiento adecuado de las áreas curriculares donde manifiesten mayor dificultad), logrando así, aprendizajes significativos mediante la aplicación de las Metodologías Constructivistas y más precisamente desde la propuesta de aula-taller, rincones de aprendizaje o cualquiera de las formas de aprendizaje cooperativo-colaborativo existentes, articulando para ello los Contenidos Curriculares de Educación Artística con las restantes áreas del conocimiento y sin tener que recurrir a una adaptación empobrecida o simplista del currículo. Dice, Miguel Sassano:
“Las adaptaciones curriculares tenderán a posibilitar el acceso al currículum común o a brindar aprendizajes equivalentes por su temática, profundidad y riqueza. No consisten en la construcción de un currículum de menor categoría sino que suponen procesos de selección, elaboración y construcción de propuestas que lo enriquecen y lo diversifican” (Sassano. “Los nuevos paradigmas de la educación especial en la transformación educativa”.  Periódico “EL CISNE”. N° 99. Bs. As. 1998).
Convengamos que las disciplinas del Área de Educación Artística, por sus características intrínsecas de desarrollo y por tratarse de lenguajes simbólicos particulares, modifican a los sujetos, producen placer y bienestar al estimular los sentidos y poner en alerta las emociones, las sensaciones y las percepciones; de esta manera, se crea un clima de trabajo diferente e incluso hasta podríamos aseverar que se establece una energía intersujetos distinta a lo convencional al interior de las aulas. De allí su importancia para ser trabajada como puente insoslayable entre y con las otras áreas del saber, es esta la precisa fundamentación que atribuyo de por qué utilizar todo el Área de Educación Artística como una importante herramienta de apropiación construcción y posterior trasferencia del conocimiento. 
Desde los lenguajes artísticos, cualquiera sea el que hayamos seleccionado para el trabajo áulico, poco importa si el sujeto es discapacitado o no, porque entra a jugar la subjetividad y la intersubjetividad y allí, en ese plano, cada aprendiente es dueño de sus tiempos individuales y de su propio mundo estético, que va construyendo y cimentando a medida en que lo exponemos a los diversos contenidos a saber. De ahí la importancia de la calidad a la hora de efectuar la selección de los contenidos a desarrollar. La Educación Artística genera aprendizajes, construye conocimiento y, una vez apropiados, permite su posterior modificación y luego su transferencia a otras situaciones de enseñanza y aprendizaje similares. Estos saberes apropiados también son para toda la vida.
Si el mayor problema para la apropiación de los contenidos a saber se les presenta a los aprendientes con NEE en las áreas de Lengua y Matemáticas, indiscutiblemente, las asignaturas del Área de Expresión Artística se transforman en la primera opción, es un buen comienzo y un puente inevitable de interacción entre las dos modalidades del sistema educativo, son espacios posibles para compartirse, pues allí las diferencias se van atenuando o, incluso, se invisibilizan, pues es un lugar donde todos quieren estar, participar, pues cada aprendiente pone en juego el deseo, pero también se ponen en juego conductas solidarias, al ser un espacio compartido donde incluso la disposición espacial puede ser subvertida, no siendo algo significativo el habitual orden instituido de las aulas de aprendizaje tradicionales. Les propongo una actividad concreta, ¿hagamos barriletes? La Educación Plástico Visual será nuestro punto de partida.
El mundo de la Educación Plástico-Visual es vasto y riquísimo y si sabemos aprovechar la amplitud de contenidos, las múltiples actividades y la concomitancia con otras disciplinas, ¡tanto mejor! Para ello propondremos una actividad destinada a 5º o 6° año de la Escuela Primaria, con niños y niñas en inclusión educativa. Comenzaremos mostrándole al grupo de alumnos “Juanito Laguna remontando su barrilete”, collage de Antonio Berni y le haremos la propuesta, ¿y si en clases construimos nuestros propios barriletes?
Entonces hablemos de barriletes, preguntemos cuánto saben de él, de qué están hechos, su historia, mostrémosles diversos tipos de este juguete milenario. Hecha la presentación, necesitaremos conocer y luego seleccionar los distintos materiales para  construirlos y tener en claro que los grupos se conformarán por Mesas de Trabajo, cada grupo podrá construir el barrilete que desee, la diferencia estará dada por la forma, los colores, el tamaño, las texturas, los adornos (cola, aletas, flecos, etc.) y por supuesto el desafío de, finalmente, elevarse una vez terminado. Es importante que cada grupo discuta el material a utilizar, que niños y niñas puedan explicar a los demás por qué eligen uno u otro elemento,  es decir, que no sea una elección azarosa ni por descarte. He aquí una primera actividad grupal: aprender a fundamentar, a tomar postura, a decidir y resolver como colectivo de aprendizaje.
Materiales: Papel de barrilete (de todos los colores), aunque también se puede experimentar con otro tipo de telas o papeles delgados y livianos, donde el nailon y el plástico (o polietileno) son otra opción, ¿y si probamos con bolsas de supermercado? La cola del barrilete puede hacerse con tiritas de trapo, papel de diario, papel crepé, plástico, lanas, etc. Las varillas para armar el bastidor pueden ser de colihue, bambú, caña u otras maderas delgadas y livianas. Como pegamento utilizaremos cola vinílica (u otro adhesivo, si hacemos el barrilete de tela plástica). Los tirantes los haremos con algún hilo firme, que soporte bien la tirantez de la elevación. Las herramientas para construirlos serán tijeras, regla, trincheta, escuadra, transportador. Para marcar solamente lo haremos con lápiz o microfibras. Manos a la obra.
Bajo ningún aspecto debemos alejarnos de la idea de que en todo momento estamos trabajando con figuras geométricas, así los aprendientes elijan el modelo más simple de construcción, como son el rombo, el cuadrado, el trapezoide biisósceles o el simétrico.        
Resulta relevante que le incorporemos al aprendiente nuevas figuras a su estructura cognoscitiva. Les propongo como actividad concomitante con los contenidos de matemáticas,  enseñar las distintas formas geométricas existentes, otras muy diferentes a la del barrilete tradicional, que igualmente pueden utilizarse en el armado de este juguete: pentágono, hexágono, heptágono, octógono y por qué no un decágono. Si eligen estas figuras, el otro gran desafío estará puesto en la cantidad de varillas y su ubicación dentro del barrilete será aún más compleja; es decir, nuestros niños y niñas no solamente tendrán que ubicarlas en el lugar correspondiente, sino que para llegar a esa conclusión deberán probar (y equivocarse) una o varias veces. En este punto será primordial la articulación con otras dos disciplinas curriculares: tecnologías y, si lo hay en la escuela, el maestro de Taller, trabajando en complementariedad recíproca con Educación Plástico-Visual y Matemáticas (o sea, con el maestro de grado). 
Pero la actividad en sí misma, por sus cualidades, despliega distintas etapas y cada etapa le representa a los educandos, a todos por igual, un nuevo reto. Para construir el cuerpo del barrilete y el armazón, nuestros aprendientes tendrán que explorar, identificar, seleccionar, ordenar, diferenciar, probar, manipular, medir, calcular, organizar, cortar en medidas exactas, transformar; es decir, utiliza un cúmulo de operaciones mentales, pues cada actividad cognitiva les exige emplear estas distintas operaciones mentales. Pero esto, al mismo tiempo,  los lleva a empoderarse de un lenguaje técnico, específico, y aplicarlo con propiedad: círculo, diagonales, proporción, vértice, área, superficie, contorno, ángulos, perímetro, etc. O sea, son muchos los aprendizajes que se irán generando a partir de "el barrilete" como disparador, en una actividad que podríamos llegar a planificarla, fácilmente, para que dure todo un bimestre hasta el momento de la largada, ya sea ésta en el patio de la escuela o en algún espacio público. Sin embargo, también se están forjando en estos grupos mixtos otro tipo de aprendizajes significativos, que tienen directa relación con el "aprender a ser": colaboración, solidaridad, aceptación, confianza, valoración, intercambio, cooperación, respeto, convivir con la diferencia, etc. Con la Educación Artística también se construye ciudadanía.
Una vez terminados los barriletes, y como nueva actividad cognitiva para continuar el trabajo de exploración de los diversos lenguajes artísticos, les propongo que cada niño filme con su celular (o uno por grupo) los trabajos concluidos, ya sea sobre la mesa, colgados como en exposición pendiendo de un hilo (así pueden girar libremente) y luego traspasar esas filmaciones a alguno de los programas que nos permiten hacer videos y animaciones. Hoy, todas las PC's traen diversos programas incorporados con su sistema operativo, algunos, incluso, pueden bajarse gratis desde la red. Los docentes de las TIC's serán acá los encargados de supervisar esta parte de las actividades.
¿Y si también proponemos hacer algunos videos con animación, donde nuestros barriletes cobren vida y puedan dialogar entre ellos, narrarnos sus viajes por el cielo y sus conversaciones con los pájaros? Allí estará la presencia del Área Lengua para escribir los textos con nuestros aprendientes. Educación Musical será la encargada de seleccionar la música que llevará la filmación, que perfectamente puede ser compuesta y grabada en clases por los propios niños y niñas, con los elementos con que a diario se hace música en el aula, donde, utilizando algún programa básico de digitalización del sonido, puede ser modificada o superponérsele muchos otros sonidos, ecos, vibratos, etc. 
Todos los barriletes construidos van a servirnos, incluso el que no pueda elevarse, porque ese juguete, si le agregamos una mirada, una boca, un peluquín, un aro, algún elemento que lo transforme, puede convertirse en un títere, un personaje que hasta puede tener un nombre y también está habilitado para contarnos sus experiencias en otros cielos, puede danzar su vuelo y seguir fomentando la imaginación y el uso general de la inteligencia creativa, manipulado por alguno de nuestros niños. 
El niño con discapacidad nunca se quedará afuera de las actividades compartidas si tiene idénticas posibilidades de participar, de ser incluido, para jugar, soñar, imaginar, construir y aprender en igualdad de condiciones. Los lenguajes artísticos también modifican a los sujetos, nadie permanece igual después de una jornada de aprendizaje, creatividad e imaginación y si el cerebro tiene plasticidad, estas actividades creativas, de imaginación creadora, le servirán para seguir avanzado, apropiándose de los más diversos saberes a los que podemos exponerlo junto a los otros, a aquellos aprendientes que pueden ayudarlo a “aprender a aprender”, con sus pares de la escuela común. Es necesario convertir a ese otro, al “diferente” en un “nosotros”. La inclusión es un derecho y con el arte, claro que se puede. Ahora sí nuestros niños y niñas pueden ir a elevar sus sueños y sus barriletes a la plaza.

Daniel Tillería Pérez*
* El profesor Daniel Tillería Pérez es Magíster en Educación Artística.
E-mail de contacto: gadatipe@cablenet.com.ar

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