Daniela Briñon es una madre guerrera. Su hija Sofía nació con encefalopatía crónica no evolutiva, y fue una fuente de inspiración para crear un pequeño negocio que intenta satisfacer necesidades de niños con discapacidades a través de juguetes. Su historia
Ser mamá es un desafío y
nadie lo puede contar mejor que Daniela Briñon, una madre de 39 años que supo
afrontar una situación para la que las personas en general no creen estar
preparadas. Pero ella pudo. Su hija Sofía nació en el 2009 con encefalopatía
crónica no evolutiva, más conocida como parálisis cerebral. El panorama era
desconocido, el camino difícil, pero su fuerza inmensa.
También
notó que no era la única que necesitaba un espacio de contención. La
desinformación y la falta de juguetes que estimulen a niños con discapacidad
fueron disparadores para que iniciara la comunidad online Zona de
Sentidos en el año 2013: "Me pareció vital contar con un espacio de
información y contacto entre familias de chicos con discapacidad porque ingresar
en este recorrido a ciegas es muy complejo y agotador", contó sobre
el proyecto, que en noviembre del 2017 fue declarado de interés legislativo por
la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires.
En Zona de
Sentidos se pueden encontrar juguetes y materiales didácticos enfocados en el
aprendizaje, la autonomía, la creatividad, la comunicación, la estimulación
sensorial, socioemocional y motriz. El primer producto diseñado por la marca
fue la caja de texturas, "una herramienta para los chicos que por sus
propios medios no pueden salir a explorar", según su creadora.
"Antes de que Sofi
naciera me gustaba la idea de tener un emprendimiento propio. Siempre estuve
buscando diferentes alternativas, y cuando nació y vi que la ausencia de
objetos y juguetes para estimular era muy grande, lo vi claro, era un muy lindo
camino para transitar y me di cuenta de que iba a obtener un doble beneficio,
realizar un emprendimiento y que encima beneficie a mi hija y a miles de chicos
que están en la misma", aseguró.
A medida
que su proyecto fue creciendo, también crecía la demanda por algunos
productos específicos: "Fui viendo las necesidades a medida que iba
pasando el tiempo e iba probando con Sofi lo que necesitaba. En Argentina el
desarrollo de productos y de estimulación es un nicho que no está
trabajado".
A pesar de
que Zona de Sentidos fue creciendo con el tiempo y hoy son una comunidad ya
establecida, Briñon contó que todavía se encuentra aprendiendo, ya que se sigue
encontrando con diferentes tipos de discapacidad y que cada uno presenta una
necesidad diferente. "Siempre tratamos de nutrirnos de mensajes de
familias y de profesionales", a"Antes de que Sofi naciera me gustaba
la idea de tener un emprendimiento propio. Siempre estuve buscando diferentes
alternativas, y cuando nació y vi que la ausencia de objetos y juguetes para
estimular era muy grande, lo vi claro, era un muy lindo camino para transitar y
me di cuenta de que iba a obtener un doble beneficio, realizar un
emprendimiento y que encima beneficie a mi hija y a miles de chicos que están
en la misma", aseguró.
A medida
que su proyecto fue creciendo, también crecía la demanda por algunos
productos específicos: "Fui viendo las necesidades a medida que iba
pasando el tiempo e iba probando con Sofi lo que necesitaba. En Argentina el
desarrollo de productos y de estimulación es un nicho que no está
trabajado".
A pesar de
que Zona de Sentidos fue creciendo con el tiempo y hoy son una comunidad ya
establecida, Briñon contó que todavía se encuentra aprendiendo, ya que se sigue
encontrando con diferentes tipos de discapacidad y que cada uno presenta una
necesidad diferente. "Siempre tratamos de nutrirnos de mensajes de
familias y de profesionales", afirmó.
El modo de encargar un nuevo
juguete es muy fácil. Las madres se comunican con ella para preguntarles si
tienen algún producto. A pesar de que estén todos en la página, suelen llamar
por pedidos especiales que Briñon intenta cumplir a toda costa. "Hace poco
me llamó una mamá y me contó que su hija está empezando a sentarse y que le
gustaría tener un tipo de silla especial, así como también una mesita. Mi
trabajo es que si yo no lo puedo hacer, encargarme de conseguir el producto
para ayudar a mejorar la calidad de vida de esa nena", enfatizó Briñon.
Su hija
Sofía asiste a equinoterapia y a estimulación visual, pero Daniela Briñon
resaltó la importancia de que cualquier chico tenga un espacio para divertirse
y realizar algunas de sus actividades favoritas, como tomar helado o ir a la
plaza.
"Cuando
nació Sofia no tenía la misma información que tengo ahora, te vas volviendo
experto, conocés distintos mundos, no solo el de mi hija, sino que aprendo
muchísimo de los padres que me cuentan sus experiencias, todos los días es algo
nuevo", contó Briñon. "Es un espacio donde nos encontramos entre
familias, nos ayudamos con diferente información legal, nos contenemos"
Para el año
próximo, proyecta abrir un showroom y extender las ventas al exterior. "Mi
sueño es que las familias que tienen niños con discapacidad logren una vida lo
más plena posible, que puedan ser felices con la situación de vida que les
tocó. Los padres de chicos con discapacidad estamos muy acostumbrados a
escuchar diagnósticos demoledores, a recibir malas noticias y a sentir que no
hay salida. En mi experiencia, sé que hay aspectos que no van a cambiar, pero
la mirada que tenemos sobre los chicos sí puede cambiar: podemos hacer que
lleven una mejor vida, ellos como niños, nosotros como padres, y a la vez
impulsar un cambio en la mirada que la sociedad tiene sobre la
discapacidad", afirmó la emprendedora, y agregó: "Me interesa poder
transmitir que a pesar de la situación familiar, lo importante es tener
felicidad, felicidad como padres y que los chicos sean felices".
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