Una pareja se dio cuenta de los problemas que tendrían sus hijos para encontrar trabajo, y decidieron abrir un bar. Hoy son un ejemplo por ampliar el mundo laboral y brindar oportunidades a jóvenes con diferentes discapacidades
Amy Wright estaba entrando en la semana número 14 de embarazo en
el año 2004, cuando un test reveló que había grandes posibilidades de que el
bebe en camino tenga síndrome de Down.
Su doctor le comentó que muchas
familias terminaban con el embarazo después de recibir los resultados del test,
pero Amy y su esposo Ben decidieron seguir adelante.
"Ben y yo nos sentimos devastados.
Mi mente no dejaba de pensar, ¿se podrá casar? ¿manejar un auto? Y luego
comenzó con preguntas como ¿aprenderá a caminar? ¿hablará? No sabíamos nada
acerca del síndrome de Down cuando di a luz ni encontrábamos información",
dijo Amy durante una entrevista con el Daily Mail. Pasaron 13 años, y Amy y Ben
criaron a su hijo Beau y se sorprendieron al derribar muchos de sus prejuicios.
Además tuvieron otra bebé con síndrome de Down llamada Betty. "Los
primeros años fueron excelentes, hasta que nos empezamos a preocupar acerca de
los desafíos que se acercaban, como sus estudios, trabajos, entre otras
cosas", afirmó Amy.
Fue entonces que inauguraron en el año
2016 el Café Beau, manejado por personas con discapacidades para terminar
con la discriminación laboral que afrontan miles de jóvenes cuando alcanzan la
mayoría de edad. La primer tienda fue en Wilmington, Carolina del Norte.
El matrimonio estaba sorprendido por la increíble respuesta de las
personas, incluso en la apertura del local, para la que se presentaron tantas
personas que había dos cuadras de cola.
El café se expandió diez veces de lo
que era inicialmente y se contrató a 40 miembros más, con edades desde los 18
hasta los 50 años, y para muchos de ellos era su primer empleo.
Una de las historias de los empleados
del café es la de Matt Dean, de 27 años, que se desempeña como director de
relaciones personales y sufre de autismo. Nunca antes se le había permitido
trabajar mano a mano con clientes, algo que en el café se dio vuelta. Hoy lo
consideran uno de sus mejores empleados por sus tratos interpersonales excelentes.
La tienda es tan exitosa que se expandió a una
segunda locación en Charleston, Carolina del Sur, para crear más posibilidades
de empleo y oportunidades para gente con discapacidades.
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