jueves, 13 de diciembre de 2018

La increíble historia de un matrimonio y sus hijos con síndrome de Down

Ben y Amy siguieron con el embarazo, aunque su médico le recomendó terminarlo en el año 2004
 Los miedos que afrontaron fueron muchos, pero hoy son una familia que contribuye a la inclusión laboral
El equipo entero del café
La apertura del local, fue compartida en el Facebook del café, en donde se puede ver la felicidad de la familia y los integrantes del staff
Una pareja se dio cuenta de los problemas que tendrían sus hijos para encontrar trabajo, y decidieron abrir un bar. Hoy son un ejemplo por ampliar el mundo laboral y brindar oportunidades a jóvenes con diferentes discapacidades

Amy Wright estaba entrando en la semana número 14 de embarazo en el año 2004, cuando un test reveló que había grandes posibilidades de que el bebe en camino tenga síndrome de Down.
Su doctor le comentó que muchas familias terminaban con el embarazo después de recibir los resultados del test, pero Amy y su esposo Ben decidieron seguir adelante.
"Ben y yo nos sentimos devastados. Mi mente no dejaba de pensar, ¿se podrá casar? ¿manejar un auto? Y luego comenzó con preguntas como ¿aprenderá a caminar? ¿hablará? No sabíamos nada acerca del síndrome de Down cuando di a luz ni encontrábamos información", dijo Amy durante una entrevista con el Daily Mail. Pasaron 13 años, y Amy y Ben criaron a su hijo Beau y se sorprendieron al derribar muchos de sus prejuicios. Además tuvieron otra bebé con síndrome de Down llamada Betty. "Los primeros años fueron excelentes, hasta que nos empezamos a preocupar acerca de los desafíos que se acercaban, como sus estudios, trabajos, entre otras cosas", afirmó Amy.
Fue entonces que inauguraron en el año 2016 el Café Beau, manejado por personas con discapacidades para terminar con la discriminación laboral que afrontan miles de jóvenes cuando alcanzan la mayoría de edad. La primer tienda fue en Wilmington, Carolina del Norte.
El matrimonio estaba sorprendido por la increíble respuesta de las personas, incluso en la apertura del local, para la que se presentaron tantas personas que había dos cuadras de cola.
El café se expandió diez veces de lo que era inicialmente y se contrató a 40 miembros más, con edades desde los 18 hasta los 50 años, y para muchos de ellos era su primer empleo.
Una de las historias de los empleados del café es la de Matt Dean, de 27 años, que se desempeña como director de relaciones personales y sufre de autismo. Nunca antes se le había permitido trabajar mano a mano con clientes, algo que en el café se dio vuelta. Hoy lo consideran uno de sus mejores empleados por sus tratos interpersonales excelentes.
La tienda es tan exitosa que se expandió a una segunda locación en Charleston, Carolina del Sur, para crear más posibilidades de empleo y oportunidades para gente con discapacidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario