Su nombre es Rahma Khaled y logró romper los estigmas que sufren en su país las personas con síndrome de down, condenadas a la exclusión social
A
sus 22 años, la joven Rahma Khaled se ha convertido en la primera egipcia con síndrome de down que se
sienta a presentar un espacio informativo en una televisión de su país.
Khaled se ha incorporado a los estudios de la cadena privada
DMC como conductora del programa "Ocho
de la mañana", donde realiza entrevistas a personalidades
destacadas de la actualidad egipcia.
Cada
martes, la joven, serena y con notables aptitudes frente a cámara, narra la
información del día. Lo hace junto a sus compañeros, Aya Gamal Edin y Ramy Radwan,
quienes le dieron la bienvenida al programa, y la felicitaron por su tenacidad
a la hora de perseguir su sueño.
Y es que esta egipcia logra todo lo que se propone: además
de presentadora de televisión es una
extraordinaria nadadora. Su admirable perseverancia la llevó a
alzarse con varias medallas en Juegos Paralímpicos.
Lo
cierto es que la presencia de Rahma Khaled viene a romper todos los estigmas que sufren en Egipto las personas con down.
En el país norteafricano quienes padecen este tipo de alteración genética
son profundamente marginados y condenados a la exclusión social.
Aunque ahora se integra a la
plantilla de la DMC, esta no es su primera aparición
televisiva. De hecho, durante años Khaled ha asistido como invitada a
diferentes medios de comunicación, en los que ha denunciado la
necesidad de cambiar el arcaico concepto que se tiene
de las personas con down.
Con
su trabajo espera ayudar a
normalizar la idea distorsionada que pesa
sobre esta afección, ya no solo en Egipto sino en el resto de países de
Oriente Medio.
En 2017, Eglal Chenouda, directora de SETI, un centro
afiliado a Cáritas, explicó que en Egipto hay 93 millones de habitantes,
de los que "14 millones son personas con
discapacidad". De este total, tres cuartos presentan
discapacidad mental, y "quedan privados de todos los servicios".
Así,
tal y como reconoce Chenouda, los niños y jóvenes con estas afecciones no son aceptados en escuelas o guarderías. A
esta circunstancia se suma la falta de ayudas a la integración, y el bajo
número de organizaciones que dedican sus esfuerzos a sensibilizar y paliar
la marginación.
En todo el país solo existen 68 instituciones que
trabajan para apoyar y cuidar a estas personas. Durante 2018, estos grupos han exigido al Gobierno egipcio una mayor
implicación a la hora de velar por los derechos humanos de
los ciudadanos con discapacidad,
exigiendo su integración al sistema educativo y laboral.
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