miércoles, 24 de abril de 2019

A las mujeres con discapacidad todavía no nos ven....



Verónica González Bonet es la única periodista con discapacidad visual que trabaja en un medio televisivo en el país. Como parte de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género alertó, en su paso por Paraná, sobre la falta de políticas públicas y de datos sobre femicidios de mujeres con discapacidad, las dificultades en el acceso a la salud y al empleo, y la violencia que se ejerce sobre sus cuerpos.
Por Gisela Romero
Verónica González Bonet es la menor de cuatro hermanos, y la única integrante de su familia que tiene discapacidad visual. “Si al resto se les va a exigir 100, a vos se te va a exigir 300”, reveló, le repetían sus padres de niña. Con esa carga creció. Pero no la paralizó: se formó en Informática, Comunicación Social, Criminalística y Criminología. Estudió en Argentina pero también en el exterior. Hoy es madre, periodista, trabaja en la TV Pública, y es presidenta de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), una organización política conformada en 1998 con el objetivo de incidir por los derechos de las personas con discapacidad, bajo el modelo social. “Allí aprendí que no solo yo me tengo que adaptar a un montón de situaciones sino que el entorno también debe facilitarlas, y que la discapacidad es algo colectivo. Y eso redujo bastante la carga”, dijo al compartir parte de su historia.
Un instrumento de derechos humanos
Verónica participó en Paraná del II Encuentro de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género (RIPVG) de Argentina, donde disertó sobre Periodismo y Discapacidad. Aquel domingo de marzo, ante un público conformado en su mayoría por trabajadoras de prensa de distintos medios de comunicación del país, planteó los alcances de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, un tratado de Naciones Unidas aprobado mediante resolución de la asamblea general el 13 de diciembre de 2006, y ratificado en Argentina por la Ley 26.378 sancionada en 2008.
Su lema: "Nada sobre nosotros y nosotras sin nosotros y nosotras" significó un cambio muy profundo porque siempre se habló sobre las personas con discapacidad. “Hablaron y siguen hablando por nosotros y nosotras nuestras familias, los médicos, y las personas encargadas de rehabilitarnos de algún modo. Siempre las políticas públicas fueron delineadas a través de esas personas y no a través de nosotros. Entonces es muy fuerte el lema y es profundo el cambio”, explicó.
La Convención fue elaborada con personas con discapacidad y con asociaciones de personas con discapacidad; tiene perspectiva de género; y en ella se transversaliza y reconoce que hay un mayor riesgo dentro y fuera del hogar para mujeres y niñas de sufrir violencia, lesiones o abuso, abandono o trato negligente, malos tratos y explotación. En el texto, la discapacidad se define como una persona que tiene un déficit que al interactuar con el entorno experimenta barreras para su participación plena y efectiva en la sociedad.
Mujeres y discapacidad
“Las personas con discapacidad queremos ejercer nuestros derechos en igualdad de condiciones con las demás personas”, sostuvo la periodista. Sin embargo, enumeró los obstáculos para que esto sea posible, enfatizando la mirada en la realidad que atraviesan las mujeres.
—Se trabaja poco con el tema de la accesibilidad y eso aísla. Una mujer que no puede acceder a información accesible es aislada. Una mujer que no puede acceder a un centro de salud porque no hay rampas, porque los pasillos son angostos, está aislada porque retrasa sus controles y porque no puede acceder a una salud de calidad, al igual que las demás mujeres.
—Hay poca formación profesional. Todavía hay mucha creencia de para qué va a estudiar, para qué se va a formar si total no va a poder hacer nada.
—Hay dificultades en el acceso a un empleo de calidad. Es real la doble discriminación: por ser mujeres y por ser personas con discapacidad.
—También la mirada sobre nosotras es una barrera: esta conmiseración de pobrecita. Hay una infantilización sobre nosotras.
—Todavía se cree que las mujeres con discapacidad somos receptoras de cuidados y nada más. Que no podemos cuidar. Y es muy difícil que a las mujeres con discapacidad se nos vea como cuidadoras. Se nos ve como dependientes, incapaces de tomar decisiones, como que necesitamos protección. Y se nos ve como que sufrimos.
—Siempre se nos ve como asexuadas, como incapaces. Y el personal de salud tiene grandes prejuicios.
—Las mujeres con discapacidad somos propensas a sufrir violencia porque muchas veces estamos aisladas, se produce un aislamiento social, las personas que nos cuidan son las que abusan. Hay muchas mujeres que tienen gran nivel de dependencia física y ahí se produce mucho abuso, hay mujeres que tienen dificultades en la comunicación.
—Hay muchas mujeres institucionalizadas, que viven en hogares o manicomios y no tienen derecho a nada.
—Muchas mujeres con discapacidad tienen menos fuerza física y credibilidad.
—La baja autoestima genera que haya más violencia porque creemos que somos menos mujeres, menos personas, tenemos menos capacidad profesional. Esto es así porque es la imagen que nos devuelven de nosotras.
—Se nos niega nuestra condición de mujer y muchas veces la discapacidad está asociada a la pobreza.
Falta de políticas públicas
Cada una de las barreras para las personas con discapacidad, según Verónica, se dan por la falta de políticas públicas y de estadísticas que las incluyan. “Difícilmente podamos trazar una política pública respetuosa de los derechos humanos de las mujeres con discapacidad si no tenemos estadísticas que reflejen la situación en la que estamos”, consideró.
A su vez, advirtió sobre la poca participación política de las mujeres con discapacidad. En ese sentido mencionó el “fuerte” trabajo emprendido desde REDI para su empoderamiento y para que conozcan sobre sus derechos sexuales y reproductivos.
Y alertó acerca de la falta de datos de femicidios de mujeres con discapacidad. “No hay datos porque a las estadísticas las elaboran las organizaciones sociales, y las hacen sobre los relevamientos de los medios de comunicación sobre las noticias. Entonces tenemos que trabajar para que en la información se contemple la variable de la discapacidad porque sino no nos ven. A nosotras todavía no nos ven”.

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