miércoles, 2 de septiembre de 2009

Afasia, palabra tomada


Contrariamente a muchas creencias, la afasia no es una enfermedad sino la consecuencia de una enfermedad, un accidente cerebrovascular, un tumor, un traumatismo, etc. La persona afectada por afasia sufre la pérdida en distintos grados de la capacidad de utilizar el lenguaje como medio de comunicación y como medio de representación simbólica, no pudiendo expresarse de manera oral, escrita o gestual, sin poder comprender los mensajes por las mismas vías.
Hace algunos años, cuando en nuestro país se pudo ver el revival de la mítica serie “La dimensión desconocida”, hubo un capítulo que llamó mucho la atención por el grado de angustia y empatía que provocaba en los televidentes.
En dicha historia un joven padre de familia se despertaba en su casa como todas las mañanas, pero a diferencia de otros días, nadie parecía entenderlo ni él tampoco lograba descifrar el lenguaje trastocado y extraño que hablaba su familia. Su esposa señalaba la taza de café, pero en vez de decir “café”, decía “auto”, y así con cada expresión.
Luego de pensar que le estaban jugando una mala pasada, el joven cae en la cuenta de que algo fuera de lo normal está pasando y que lo afecta seriamente. Sin embargo, intenta por todos los medios seguir con su vida ordinaria.
Así es como lo vemos intentar mantener las rutinas del día, pensando que todo va a pasar: viajar hasta el trabajo, intentar comunicarse en la calle con distintas situaciones que lo atraviesan y, finalmente, poder entenderse con sus compañeros. El esfuerzo es inútil y su día se transforma en una pesadilla, donde todo el mundo lo observa con extrañeza, pensando primero como él, que se trata de una broma de mal gusto, y luego tomándolo por loco. Así es como el joven huye del trabajo y vaga por las calles con temor de no poder regresar a su hogar y enfrentar a la familia. Sobre el final de la historia, ya es la noche y el personaje regresa a su casa, angustiado, abatido y resignado. Todos duermen y él aprovecha para entrar en el cuarto de su pequeño hijo. Frente al niño durmiendo, el joven experimenta alivio y casi se siente comprendido, sabe que en ese instante no hay nada que defender. En ese cuadro final del capítulo se lo ve sentado al pie de la cama del pequeño, tomando en sus manos un libro infantil para iniciar a la lectura, donde cada palabra se halla al lado de su correspondiente representación gráfica. El joven sabe que nada va a cambiar y que debe empezar de cero a construir su “nuevo” lenguaje.
En muchos aspectos esta historia de ciencia ficción tiene trágicos puntos en común con la realidad, y con una misteriosa y compleja condición llamada Afasia y que afecta miles de hombres y mujeres de diversas edades cada año.
Causas e incidencia
La afasia es un trastorno del lenguaje y la comunicación que surge como consecuencia del daño en las porciones del cerebro que son responsables del lenguaje, generalmente en el hemisferio izquierdo.
Estos daños pueden provenir de una enfermedad, de un accidente cerebro vascular provocado entre otras causas por hipertensión, o por un traumatismo de cráneo, tumores, infecciones o enfermedades degenerativas.
El accidente cerebro vascular (ACV) es la causa con más incidencia en la afasia. Se trata de una enfermedad cerebro vascular que afecta a los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro. A esta patología también se la conoce como ictus, apoplejía, infarto cerebral o ataque cerebral.
El ictus ocurre cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro se rompe o es taponado por un coágulo u otra partícula. Como consecuencia de esta ruptura, lesión o bloqueo, parte del cerebro no consigue que llegue el flujo de sangre que necesita, provocando que las células nerviosas del área del cerebro afectada no reciben oxígeno y por ello no pueden funcionar, muriendo transcurridos apenas unos minutos.
Es importante señalar que del 10 al 12% de la mortalidad por ACV se da en países industrializados, siendo la tercera causa de muerte y la primer causa de invalidez. El 88% de los casos ocurren en personas mayores de 65 años y hay una mayor incidencia en la población masculina (1.1 a 2.2%), destacándose la población afro-americana sobre los anglosajones. También cuando nos referimos a un trastorno de la comunicación debemos tener en cuenta no sólo la pérdida de la capacidad de utilizar el lenguaje como medio de comunicación, sino también en muchos casos como medio de representación simbólica.
Así es como la persona afectada ya no puede expresarse en forma oral o por escrito de manera clara y precisa, como también puede dejar de comprender lo que otros le comunican de manera verbal o escrita. A veces ambas situaciones se dan a la vez, volviendo el cuadro muy crítico.
A partir de este episodio y debido a su relevancia, el paciente deberá enfrentar serios desafíos para mantener los roles que desempeñaba, lo cual en la mayoría de los casos no será posible, o al menos en corto plazo. Las familias se verán también seriamente afectadas, sufriendo una inevitable crisis. Sumado a ello es común ver cómo el entorno de amigos y compañeros del afásico se alejan por no saber cómo tratarlo, provocando su aislamiento y posible depresión, y la posible hemiplejía, los trastornos de la memoria, atención y problemas para manejar el dinero y programar actividades hacen más difícil el cuadro general. Síntomas y tipos de afasia Los siguientes son ciertos aspectos generales de un cuadro típico de afasia: - Dificultad para hablar, comprender lo que escucha, leer y escribir. - Depresión, labilidad, trastornos emocionales. - Propensión a la risa o al llanto sin motivo aparente. - Reacciones catastróficas. - Desorientación en el tiempo y en el espacio. - Limitaciones en la concentración y la atención. Existen diversas formas de afasia, teniendo en cuenta la localización de la lesión cerebral, citaremos las más importantes. La afasia de Broca o afasia motora, es cuando el daño se produce en el lóbulo frontal del cerebro. En este tipo de afasia los pacientes hablan con frases cortas y presentan dificultad para enhebrar bien las
oraciones. Los afectados por afasia de Broca pueden comprender en general lo que hablan los demás en distintos grados.
Están relativamente conscientes de sus dificultades y pueden frustrarse fácilmente por sus problemas de lenguaje. Individuos con afasia de Broca a menudo tienen dificultad en el lado derecho del cuerpo, o paresia del brazo y la pierna, porque el lóbulo frontal también es importante para el movimiento corporal.
La afasia de Wernicke se manifiesta cuando se lesiona el lóbulo temporal del cerebro. Aquí, los pacientes con este tipo afasia hablan con oraciones largas y sin significado, agregando palabras innecesarias o creando neologismos -palabras sin significado-. Estos pacientes en general no son conscientes de sus problemas para comunicarse y por lo general no presentan ningún problema corporal porque su lesión cerebral no está cerca de las partes del cerebro que controlan los movimientos.
Y por último la llamada afasia global, que surge a partir del daño en extensas porciones del cerebro. Los portadores de esta afasia tienen graves dificultades de comunicación y enfrentan serios límites en su capacidad para hablar o comprender el lenguaje.
Tratamientos y recuperación
Muchas veces la afasia puede ser transitoria y el paciente recupera espontáneamente tanto la parte física como el lenguaje. Si bien muchas secuelas de la afasia, dependiendo del grado de afectación en cada paciente, pueden acompañarlo toda la vida, a partir de abordajes múltiples y del trabajo interdisciplinario en manos de especialistas se puede recuperar un gran porcentaje de habilidades comunicativas.
Pero antes de avanzar en las diferentes alternativas, es importante señalar un mito acerca de la rehabilitación.
Existe la creencia de que la mayoría de las personas deben empezar a tratar la afasia apenas se produjo el ataque cerebral, sin embargo, es mejor esperar un breve período de tiempo, durante el cual se produce la recuperación espontánea, para comenzar un tratamiento integral con especialistas.
Al comienzo de instalada la afasia es necesario que reciban información sobre cómo ayudarlos en esta primera etapa y poder brindar al paciente la contención y el apoyo necesarios para superar el impacto.
En este período y a lo largo de todo el tratamiento, es fundamental la presencia de los familiares. Para ello también se recomienda iniciar una terapia de apoyo. En las últimas décadas se han acumulado pruebas esclarecedoras que demuestran el potencial y la capacidad de modificación anatómica y funcional del ser humano durante toda la vida. Es decir, que también las neuronas tienen un cierto poder para reconstruir sus componentes dañados.
Aquí es donde la rehabilitación, larga, pero posible, prepara al individuo afectado para comenzar a “reconstruirse”.
Entre los tratamientos más comúnmente empleados encontramos el tratamiento de estimulación por facilitación, el tratamiento neuropsicológico cognitivo o psicolingüístico y el tratamiento de comunicación funcional.
Tratamiento de estimulación-facilitación: -Utiliza el formato estímulo-respuesta, esta estimulación abarca las distintas modalidades del lenguaje.
La primera modalidad a estimular es el déficit en la comprensión auditiva, este método comprende reforzamiento repetitivo en áreas de déficit de lenguaje. Helms- Estabrooks y Albert (1991) publicaron métodos de facilitación por estimulación de técnicas específicas de tratamiento según tipos de afasia: - TAV (terapia de acción visual para afasia global). - Terapia de control voluntario de producciones involuntarias (estereotipias). - TEM (terapia de entonación melódica, afasia de Broca).
Tratamiento neuropsicológico cognitivo: Este método de tratamiento emplea un diagrama modular de funciones cognitivas o lingüísticas necesarias para la comunicación, buscan ayudar al paciente por facilitación de funciones intactas, reorganizando funciones usando los módulos preservados y un aprendizaje de los módulos deficientes.
Terapias de comunicación funcional: Estas terapias enfatizan la comunicación de ideas sin importar el contenido lingüístico específico o el modo de comunicación; privilegia la competencia comunicativa por sobre la competencia lingüística, estimula todos los aspectos pragmáticos del lenguaje que acompañan los actos de habla; un ejemplo de esto es el PACE (Davis y Wilcox, 1985).
Los siguientes son algunos consejos para las familias a la hora de comenzar a revincularse con el paciente afásico y para quienes deben interactuar ocasionalmente o no con él:
- Simplificar el lenguaje a través del uso de oraciones cortas y sin complicaciones.
- Indicarle sinceramente que no pudo entender lo que dijo.
- Mirar al paciente a los ojos y respetar los turnos de habla.
- No completar sus oraciones. Sólo necesita más tiempo para decir sus palabras.
- No dejarlo afuera de las conversaciones
- Evitar el uso del televisor cuando se quiere conversar.
- Repetir el contenido de las palabras o señalar palabras claves para aclarar el significado de la oración según sea necesario.
- Mantener un tipo de conversación natural y apropiada para un adulto.
- Minimizar al máximo las distracciones, como por ejemplo el ruido de una radio, siempre que sea posible.
- Preguntar y valorar la opinión de la persona con afasia, especialmente con respecto a los asuntos familiares.
- Estimular cualquier tipo de comunicación, ya sea hablada, gestual, señalando o dibujando.
- Evitar corregir el habla del individuo.
-Permitirle a la persona con afasia todo el tiempo que necesite para conversar.
- Ayudar al individuo a participar en actividades fuera el hogar.
Busque grupos de apoyo como las comunidades de personas que han sufrido un accidente cerebrovascular.
Fuentes: - Fundación Argentina de Afasia Charlotte Schwarz http://www.fundafasia.org/ - “Traumatismo de cráneo.
Conceptos generales de Afasia, intervención de fonoaudiología en el equipo interdiciplinario”. Autores: Lic. en Fonoaudiología Silvina S. Ciardiello; Fag. Adriana De Rossi - Coordinador: Dr. Claudio Goldini. - Rehabilitación sobre Afasia, Nelson Saa, fonoaudiologo Escuela de Medicina, Pontificia, Universidad Católica de Chile.

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