jueves, 27 de octubre de 2011

Aparato que permite "oír" colores

Descripción de la imagen: un paraguas multicolor
Un aparato que permite "oír" los colores, a través de una escala musical, ha llevado la alegría a un grupo de ciegos ecuatorianos, que pudieron recordar la luz de antes de perder la visión y confían en que la tecnología mejore su calidad de vida.
El responsable del ingenio es Neil Harbisson, de madre catalana y padre irlandés, quien sufre acromatopsia, una deficiencia que hace que vea su entorno en blanco y negro.
Es reconocido como el primer "cyborg" de la humanidad, al llevar en la frente desde 2004 un ojo virtual que distingue los colores y los transforma en sonidos.
Harbisson llegó a Quito la semana pasada, con motivo de la feria tecnológica Campus Party, y en uno de sus paseos turísticos por el centro histórico se reunió con la Sociedad de Ciegos de Pichincha para comentar su experiencia y ver cómo podía ayudar a la comunidad.
Producto de esa reunión se convocó a sus miembros para que probasen su aparato y recibieran de primera mano el obsequio de Harbisson, el software que les permitirá "escuchar" los colores, a través de un ordenador y una cámara.
Cada nota corresponde a un color básico, pero Harbisson es capaz de distinguir una paleta de 360 tonalidades, gracias a combinaciones de notas.
Para mostrarles lo que les estaba regalando, Harbisson llamó a Carmen Muñoz a su lado para que probase el "eyeborg", que consiste en una cámara con un chip y unos audífonos. En menos de un minuto la quiteña, que perdió su visión a los 14 años, pudo diferenciar con facilidad el azul, el verde y el naranja.
El éxito de la prueba hizo que el presidente de la asociación, Hernán Boada, expresara con emoción: "¡Ya estamos viendo!"
"La ciencia y todas estas personas nunca se olvidaron de nosotros, y ahora el ciego va eliminando la barrera de la ceguera. Sólo nos falta eliminar la barrera social", dijo Boada.
El directivo dijo que pedirá a la vicepresidencia de Ecuador, que gestiona un programa de ayuda a los discapacitados, que facilite la importación o la fabricación nacional de los chips necesarios para que el sistema funcione de manera portátil, con la cámara instalada en la cabeza de la persona, que cuestan 150 dólares.
Otro miembro de la asociación que probó el "eyeborg" fue César Guanoluisa, quien pudo "escuchar" el azul y el amarillo.
"En mi caso me ayudaría a que me adapte más rápido, sería de gran ayuda para vestirme en casa", dijo Guanoluisa, que perdió la visión hace cuatro años.
Según Harbisson, "hay todo un mundo de personas" que quieren percibir la realidad que les rodea, "realmente podemos cambiar la vida de muchísimas personas con actos muy simples".
Con él estaba Diego Echeverría, que junto a otro inventor ha creado un bastón para personas ciegas que detecta los obstáculos en el camino mediante un sensor y emite vibraciones para advertir de su presencia.
Harbisson regresa ahora a Europa, pero se mantendrá en contacto con informáticos ecuatorianos para impulsar proyectos de este tipo, según dijo.
"Tenemos la suerte de que en el país hay un grupo de chicos jóvenes que pueden crear chips y un grupo de personas que quieren utilizar la tecnología para mejorar su vida", señaló.

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