domingo, 1 de julio de 2012

La irritabilidad afecta a dos tercios de los niños con autismo


Descripción de la imagen: niño con autismo gritando
La irritabilidad afecta a dos tercios de los niños con autismo, y no estamos hablando de cosas nimias: incluye dar golpes, patalear, tirar cosas, etc. acciones que pueden afectar gravemente a su vida familiar y a su integración escolar. Estos estados de ánimo tan conflictivos pueden ser también un obstáculo para aprender, para participar en actividades extraescolares y para aprovechar al 100% las terapias en las que participa el niño.
Un estudio publicado en la revista Biological Psychatry describe los buenos resultados obtenidos en la disminución de la irritabilidad, en un estudio piloto con 33 niños con TEA (31 niños y 2 niñas), utilizando un anti-oxidante, la N-acetilcisteína (NAC). La NAC es un precursor del glutation, uno de los principales antioxidantes del organismo. El grupo tiol (sulfhidrilo) es capaz de reducir los radicales libres.
La NAC se utiliza abundantemente: para las sobredosis de paracetamol, para evitar la nefrotoxicidad producida por lo contrastes y, sobre todo, para un alivio sintomático de las afecciones del tracto respiratorio en los que se produce una producción excesiva de moco. También se ha sugerido que podría ser útil para una amplia variedad de enfermedades, del SIDA a la gripe, del lupus eritematoso sistémico al síndrome de abstinencia de la cocaína, pero son evidencias fragmentarias y poco definidas. De hecho, el motivo de iniciar el estudio fue que la N-acetilcisteína estaba siendo usada por algunos médicos que tienen interés en las terapias alternativas y como suplemento en la dieta y había alguna evidencia de que podía ser útil para el autismo. Aquí se ha podido realizar un estudio con un diseño científico, dejando de lado las explicaciones mágicas o poco fundamentadas.
Hasta ahora para el tratamiento de problemas asociados al TEA como la irritabilidad, los cambios de ánimo y la agresión se utilizan antipsicóticos o neurolépticos, clásicos como el haloperidol y nuevos como la Risperidona (Risperdal). Pero estos medicamentos tienen efectos secundarios de cierta importancia entre los que están el aumento de peso, los movimientos involuntarios y el llamado síndrome metabólico, que incrementa el riesgo de una diabetes. Entre las ventajas de la N-acetil cisteína está que sus efectos secundarios son mucho más suaves, siendo los más comunes problemas gastrointestinales como el estreñimiento, la diarrea o una pérdida de apetito.
El estudio se ha llevado a cabo entre la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y el Hospital Infantil Lucile Packard. Son dos centros excelentes. La Facultad de Medicina de Stanford suele aparecer entre los primeros en los rankings de centros para el estudio de la Medicina por su integración de la investigación, la educación, el cuidado de los pacientes y el servicio social. El hospital pediátrico Lucile Packard aparece como uno de los mejores hospitales para niños en los rankings de U.S. News & World Report, y es el único hospital pediátrico cuyos programas están entre los 10 mejores (Top Ten) en la zona de la bahía de San Francisco. Los autores insisten, lo que habla en su favor, en que es un estudio piloto y que hace falta un ensayo clínico mucho mayor antes de que la N-acetil cisteína se pueda recomendar como tratamiento para los niños con autismo. Ello no obstante, los resultados son esperanzadores.
El estudio examinó niños de 3,2 a 10,7 años. Estaban físicamente sanos y no tenían ningún cambio previsto en su tratamiento durante el tiempo del ensayo clínico. El estudio tenía un diseño de doble ciego y los niños recibieron N-acetil cisteína (14 niños terminaron el estudio) o un placebo (15 niños terminaron el ensayo) durante 12 semanas. El fármaco usado tenía un grado de pureza y fue donado por la empresa BioAdvantex Pharma. Es importante indicar que este nivel de pureza difiere de los que se venden como suplemento alimenticio en farmacias y herbolarios y que, además, se ha visto que al abrir los botes y exponer las píldoras al aire y la luz se oxidan y se hacen menos eficaces. Los niños fueron examinados antes de empezar en el ensayo y cada cuatro semanas utilizando una serie de pruebas estándar que permiten cuantificar los comportamientos problemáticos, los comportamientos sociales, algunos aspectos de su diagnóstico de autismo y los posibles efectos secundarios de la medicación.
Durante las 12 semanas del ensayo, el tratamiento con N-acetil cisteína disminuyó las puntuaciones de irritabilidad de 13,1 a 7,2, en la Lista de Comportamiento aberrante (Aberrant Behavior Checklist) una escala clínica ampliamente usada para mediar la irritabilidad. El cambio no es tan pronunciado como el que se observa en los niños que están tomando antipsicóticos pero permite presumiblemente un tratamiento más suave antes de tener que tomar medidas más drásticas. Además, de acuerdo a dos medidas estándar de comportamientos estereotípicos y de amaneramientos, los niños que tomaron NAC mostraron una disminución de estos síntomas. En este momento, 2012, no tenemos ningún medicamento útil para el tratamiento de los comportamientos repetitivos típicos del autismo, como el aleteo de las manos. La N-acetil cisteína podría ser, por tanto, el primer fármaco para el tratamiento de los comportamientos repetitivos.
El estudio no incluía un apartado sobre los posibles mecanismos de acción de la N-acetilcisteína. Ello no obstante, los investigadores han sugerido dos posibilidades. La NAC incrementa la capacidad del principal sistema antioxidante del organismo, un sistema que se ha sugerido presenta un déficit en el autismo. La otra posibilidad se basa en una sugerencia de que en el autismo subyace un desequilibro entre los neurotrasmisores excitatorios e inhibitorios y el NAC, que modula la familia glutamatérgica de neurotrasmisores excitatorios podría tener un efecto positivo y ayudar a restablecer el balance entre ambos tipos. También puede ayudar a reponer los grupos sulfatos perdidos. De hecho, hay algunas evidencias de que en el autismo, la cisteína y los aminoácidos sulfurados relacionados pueden presentar un déficit.
Los investigadores han comunicado que estaban recaudando fondos para poner en marcha un estudio a gran escala, multicéntrico, enel que confían poder confirmar sus resultados.

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