martes, 25 de septiembre de 2012

Capacitación en habilidades sociales para jóvenes con autismo


Descripción e la imagen: Rostro e niño

Se sabe que la intervención temprana puede cosechar frutos significativos para los niños con autismo, pero una nueva investigación indica que los adolescentes con este trastorno también son capaces de aprender habilidades sociales y retenerlas a largo plazo si son estimulados correctamente. Los nuevos programas de capacitación en habilidades sociales enseñan, con buenos resultados, a interactuar en situaciones sociales cotidianas a través del juego y de experiencias concretas.
  Uno de los desafíos más significativos para las personas con Trastornos del Espectro Autista (ETA) es la dificultad en la interacción social. Además de los posibles trastornos del habla y el lenguaje, se suma una “barrera” que dificulta la empatía necesaria para interpretar lo que otra persona podría estar sintiendo o pensando. La mayoría de las personas puede observar a sus interlocutores y adivinar, a través de la combinación del tono del habla y del lenguaje corporal, aquello que “realmente” les pasa.
Pero para una persona con autismo, esta facultad se encuentra vedada y no puede acceder a esta información sin un debido entrenamiento. Esta “barrera” puede llevar incluso a las personas con autismo de más alto funcionamiento a cometer un mal desempeño social que puede causarle todo tipo de problemas. Como ejemplo de ello podemos encontrar que estas personas pueden herir los sentimientos de otra sin darse cuenta, realizar preguntas inadecuadas, comportarse de forma extraña ante otra persona que desconoce su condición y, en general quedar expuestos a situaciones de hostilidad, burla, acoso y aislamiento social.
Si bien se ha establecido que la intervención temprana puede cosechar grandes recompensas en el desarrollo de los niños con autismo y sus destrezas para la interacción social, una nueva investigación indica que los adolescentes con este trastorno también serían capaces de aprender las habilidades necesarias para mejorar su de-sempeño social y lograr retenerlos a largo plazo.Los hallazgos provienen de un estudio publicado recientemente y en el que un grupo de investigadores de la Universidad de California (UCLA), Estados Unidos, dieron seguimiento a un conjunto de jóvenes con autismo de alto funcionamiento que participaron en un programa de habilidades sociales de 14 semanas de duración. A lo largo de una serie de sesiones semanales de 90 minutos, los estudiantes fueron entrenados para interactuar en situaciones sociales del mundo real a través de juegos de rol y tareas simples, como invitar a un amigo a casa y oficiar de anfitriones.
Mientras los jóvenes realizaban estas prácticas, sus padres también asistieron a sesiones especiales para aprender a entrenar correctamente a sus hijos en 
casa.Según testimonio de maestros y familiares, una vez concluido el entrenamiento, los estudiantes mostraron un mejor funcionamiento social y ampliando su capacidad de socializar y hacerse de nuevos amigos.
Cabe destacar que al realizarse una evaluación de seguimiento que se llevó a cabo a las 14 semanas de realizado el programa, los adultos cercanos a los jóvenes indicaron que los participantes tenían cada vez menos problemas de comportamiento. Es más, según informaron los investigadores en la publicación científica “Journal of Autism”, los adolescentes continuaron utilizando sus nuevas habilidades sociales y en algunos casos mostraron una mejora significativa en su desempeño social.
Para Elizabeth Laugeson, profesora clínica, asistente de psiquiatría en la UCLA, quien dirigió el estudio "esta es una noticia emocionante que demuestra que los adolescentes con autismo pueden aprender habilidades sociales y que las herramientas incorporadas siguen siendo utilizadas incluso después de terminado el programa, mejorando su calidad de vida y ayudándoles a desarrollar relaciones significativas que les permitan sentirse más cómodos dentro de su mundo social".
A continuación nos adentraremos en las nuevas tácticas para promover habilidades sociales en jóvenes y adolescentes y veremos qué tipo de actividades son las más indicadas para ello.¿En qué consiste la capacitación en habilidades sociales?
Es común que padres y pedagogos pongan el acento para que los jóvenes con Trastorno del Espectro Autista (TEA), sobre todo los que tienen un alto funcionamiento, puedan alcanzar un buen desempeño en todo lo relacionado con el rendimiento académico.
La integración escolar se convierte entonces en el mayor objetivo, con el riesgo de pasar por alto el desarrollo de las habilidades sociales.
Todo el énfasis puesto exclusivamente en la estructuración de ritmos y procesos de aprendizaje provoca que muchas veces los adolescentes queden a la deriva, excluidos de todas las dinámicas que se llevan a cabo en los recreos y los demás espacios no estructurados, transformándolos en entornos sociales que se vuelven sumamente complejos de habitar por carecer de las herramientas y el entrenamiento adecuados.Por otra parte, esta falta de integración que muchas veces deriva en episodios de bullying, malos entendidos, aislamiento, ansiedad y depresión, podrá a su vez repercutir negativamente en  lo académico, traduciéndose como malas calificaciones o ausentismo. Las estadísticas muestran, por sólo citar un ejemplo, que los niños con Síndrome de Asperger están expuestos a un 94% más de posibilidades de ser intimidados en episodios de acoso escolar que otros niños sin trastornos del desarrollo.
Los datos muestran que esta franja estudiantil está sometida a episodios de victimización 1-2 veces a la semana, ya sea durante los  recreos o a la salida de clases.
En las últimas décadas, muchas investigaciones han indicado que el deterioro social es una característica común de este colectivo, y que una percepción errónea es considerar que estos niños no tienen interés en relacionarse con los demás. Los niños con TEA no eligen enemistarse, sino que al no recibir el adecuado estímulo van perdiendo el conjunto de habilidades que son esenciales para el desarrollo de relaciones significativas con sus pares.
Esta pérdida o falta de habilidades puede traducirse en déficits sociales comunes, como ser la falta de apertura y cierre de una conversación, iniciativa para la interacción con compañeros, problemas de decodificación de las expresiones faciales y el lenguaje corporal, la falta de observación e imitación de la conducta social adecuada en situaciones específicas.Para poder superar estas falencias, los jóvenes deben ser capacitados de forma explícita y tener la oportunidad de practicar una y otra vez con la debida  orientación y persistencia a través de un programa de entrenamiento adecuado. Las habilidades sociales que estos adolescentes puedan cultivar serán de vital importancia para su futuro laboral y comunitario.
Los profesionales que suelen promover las técnicas para la mejora de las habilidades sociales pueden ser tanto trabajadores sociales, psicólogos como terapeutas ocupacionales y del habla que se especializan en trabajar con personas con autismo.
Si bien no hay un único método reconocido, las prácticas recomendadas deben contemplar el conjunto de técnicas capaces de promover habilidades de interacción social que van desde las básicas (tales como el contacto visual) a las habilidades más complejas y sutiles (la iniciativa para los vínculos).En el ámbito escolar, la terapia de habilidades sociales pueden consistir en actividades de grupo (por lo general a través de juegos, intercambios y ejercitando la conversación) tanto con compañeros que comparten la condición como con jóvenes con desarrollo típico.
Los grupos pueden ser supervisados por psicólogos escolares y pueden llevarse a cabo tanto en el aula como durante el recreo. Más allá del ámbito escolar, los grupos para la promoción de habilidades sociales son similares en cuanto al estilo, pero los jóvenes son agrupados por edad y capacidad, pudiendo recibir programas específicos y personalizados.
En el proyecto de la UCLA, según comenta la Prof. Laugeson “cada clase es muy estructurada y las habilidades se dividen en pequeñas reglas y pasos de etiqueta social que brindan a los adolescentes las acciones específicas que pueden tomar en respuesta a una situación social”. Este programa lleva ya varios años en funcionamiento y se caracteriza por enseñar las técnicas de socialización utilizadas comúnmente por los adolescentes tipo, y no lo que los adultos piensan que los adolescentes deben hacer. Por ejemplo, si los adolescentes con TEA son objeto de burla, "la mayoría de los adultos aconsejan a los chicos que ignoren a quien los acosa y notifiquen el suceso a un adulto, pero el problema es que cuando se consulta a los jóvenes que suelen sufrir burlas si esta estrategia funciona, suelen decir que no. En este curso, por el contrario, se enseña a los chicos a brindar respuestas cortas que los ayuden a “no morder el anzuelo” y lograr esquivar las burlas.
Pero para la terapeuta norteamericana Michelle García Winner, incluso es necesario ir aún más allá. García Winner se especializa en logopedia y en el tratamiento de personas con déficits cognitivo-sociales, autismo de alto funcionamiento, síndrome de Asperger y trastorno de aprendizaje no verbal.
En el año 1995 comenzó a enseñar un método llamado “Social Thinking” (Pensamiento Social) con un grupo de estudiantes brillantes de escuela secundaria; su proyecto nació de la necesidad de acompañar a estos estudiantes destacados, pero que estaban completamente perdidos en cuanto a lo social".  Para García Winner no bastaba que estos chicos recibieran pautas de comportamiento, sino que necesitaban saber por qué deben utilizar esas habilidades. El “pensamiento social” es lo que ponemos en marcha cuando nos relacionamos con otras personas: nosotros pensamos acerca de ellos. Y nuestra forma de pensar acerca de las personas afecta la forma en que nos comportamos, que a su vez afecta el “cómo” responden los demás a nosotros, que a su vez afecta a nuestras propias emociones. Según esta metodología, la mayoría de nosotros hemos desarrollado nuestro sentido de la comunicación a partir del nacimiento, gracias a una constante observación y la adquisición de información social que nos enseña a  responder  adecuadamente ante nuestro entorno. “He desarrollado el concepto de “Pensamiento Social”, porque me di cuenta de que no tenía un vocabulario para hablar de las expectativas sociales de una manera explícita. Nosotros simplemente esperamos que el comportamiento de las personas sea socialmente apropiado. Solemos explicar a los estudiantes que deben "respetar, cooperar y negociar" con los demás, pero cuando realmente nos detenemos a pensar en estos términos, nos damos cuenta de lo difícil que es definirlos. Cuando decimos a un estudiante que debe ser más “respetuoso”, él o ella no saben lo que realmente se supone que esperamos de su comportamiento”, manifiesta la logopeda.Para entender mejor cómo se toma la correcta perspectiva en un entorno de grupo, García Winner desarrolló un conjunto de herramientas resumido en dos estrategias.
La primera de ellas se llama "Los cuatro pasos en la toma de perspectiva”, donde ayuda a entender el proceso a través del cual establecemos una correcta empatía y captación del otro teniendo en cuenta la relación con el espacio. Para ello la especialista pone el ejemplo de dos personas que comparten un ascensor:
Paso 1: “al ingresar al espacio tengo que pensar un poco acerca de la otra persona, como seguramente ella tendrá algún pensamiento sobre mí”.
Paso 2: “me pregunto: ¿Por qué está cerca mío, ¿Cuál es su propósito? ¿Tiene intención de hablar conmigo?”.
Paso 3: “me pregunto lo que la otra persona estará pensando de mí”.
Paso 4: “Imagino cómo yo quisiera que el otro piense sobre mí, pienso qué debo hacer y posiblemente modifico mi comportamiento para que la otra persona piense de mí como yo deseo”. Una vez que se haya realizado adecuadamente este entrenamiento, García Winner sugiere la estrategia de “Los cuatro pasos en la comunicación”.
“En estos cuatro pasos de comunicación animamos a reconocer el acto comunicativo como sinérgico”:
Paso 1: Pensando en los demás y en lo que los demás están pensando sobre nosotros. “Si vamos a hablar con alguien, tenemos en cuenta la información que conocemos acerca suyo. Por ejemplo, si quiero hablar con un estudiante nuevo,  tengo que pensar en aquello que puedo saber acerca de él, incluso si nunca lo he visto 
  antes”.
Paso 2: Establecimiento de una presencia física. Cuando deseamos comunicarnos o “pasar el rato" con otra persona, tenemos que establecer una presencia física para mostrar a la persona que deseamos su compañía o que tenemos intención de hablar con ellos.  Nuestra presencia física es una manera no verbal para señalar la intencionalidad comunicativa posible. Por ejemplo, si una está pensando en mí y quiere pasar el rato conmigo, pero yo me encuentro a dos metros de distancia y mirando hacia otra parte, incluso aunque yo también desee charlar con ella, no estaré manifestando mi deseo ni invitando a que el otro se acerque. Uno de los problemas más frecuentes que viven las personas con TEA en el entorno escolar es que no son capaces de encontrar una forma espontánea para trabajar o sumarse a un grupo porque no encuentran una manera rápida y eficiente de establecer su presencia física. La presencia física también incluye los atributos físicos no verbales de comunicación, como la intensidad de la voz, la prosodia y la capacidad de mostrarse relajado y receptivo en presencia del otro.
Sin embargo, la posibilidad de enfocar estas destrezas físicas de comunicación más abstractas en el tratamiento depende en gran medida de la auto-conciencia de los estudiantes y la capacidad para auto-controlar sus habilidades. Estas habilidades de comunicación requieren un auto-monitoreo más sofisticado”
Paso 3: Pensar con los ojos. “Cuando buscamos comunicarnos con una persona y luego de establecer una presencia física, nuestra intención de comunicar sólo será explícitamente clara una vez que hayamos establecido contacto visual. Los ojos ayudan a interpretar las respuestas emocionales y los cambios en el pensamiento de nuestro interlocutor. Si bien el paso 2 indica la intención social posible, en el paso 3 se solidifica la intención comunicativa.  Paso 4: Usar el lenguaje para relacionarse con los demás. “Mientras que el lenguaje es fundamental para toda comunicación social, a menudo es ineficaz si los tres primeros pasos no están en su lugar.
En la comunicación, los actores deben tener en cuenta y ajustar su mensaje a partir de los pensamientos, sentimientos, conocimientos previos, experiencias, intenciones y necesidades de su pareja comunicativa.
Cada socio tiene que trabajar para regular su habla y así satisfacer las necesidades del oyente a la vez que logra transmitir sus propios pensamientos a la interacción. La comunicación social efectiva requiere que los estudiantes logren formular preguntas acerca de las otras personas, producir respuestas de apoyo, y añadir sus propias ideas mediante la conexión de sus experiencias o pensamientos a lo que otras personas están diciendo.
Como conclusión, García Winner asegura que es también  importante que tanto padres como educadores y consejeros puedan comprender a los estudiantes y los impulsen a “salir” hacia sus compañeros, si es que ya han logrado implicarse en los tres primeros pasos de comunicación.
Para los estudiantes con altas capacidades verbales, como las personas con Síndrome de Asperger, es una necesidad fuerte dentro del tratamiento que se les enseñe que la comunicación no se trata únicamente de hablar. Continuidad y creatividadSegún la percepción de distintos especialistas en la materia, en teoría, si la terapia de habilidades sociales que se les proporciona a los jóvenes con autismo de alto funcionamiento es buena e intensiva, podrán ir conquistando nuevas capacidades para conversar, compartir, jugar y trabajar con otros compañeros con desarrollo típico, llegando a ser casi “indistinguibles” de los demás chicos.
El problema es que la terapia de habilidades sociales tiende a ser ofrecida no más de una o dos horas a la semana, y si bien puede proporcionar a los alumnos autistas un conjunto de habilidades y técnicas específicas como mirar a la cara de una persona cuando se está  conversando, es poco probable que éstos puedan conservar las mismas.Para poder llegar a un resultado duradero es necesario que se cuente con un programa intensivo. Para ello será necesario contar con el compromiso familiar y la mayor cantidad de actividades que estén en la misma frecuencia.Por ejemplo, en los Estados Unidos se cuenta con actividades como el “Teatro terapia”, una variación de la terapia de habilidades sociales, donde se ejercitan estas prácticas desde un espacio más lúdico y distendido.
También existen herramientas de enseñanza de habilidades sociales para padres en el formato de libros y videos que plantean diferentes tipos de interacciones, junto con sugerencias y consejos.
En nuestro país también se cuenta con buenas terapias de acompañamiento y diversos recursos didácticos que ayudan a desarrollar las capacidades empáticas de estos jóvenes. Si se logra un proceso integral, tanto en  la intervención educativay terapéutica,  como en el tiempo libre, los alumnos con TEA suelen mejorar su rendimiento en las interacciones sociales y en la comprensión de emociones y pensamientos de sus interlocutores. Lo más importante es que el entorno esté lo suficientemente involucrado con el proceso y logre desarrollar la motivación necesaria para entusiasmarlos, ya que en este sentido suelen tener algunas dificultades.
Por eso los especialistas señalan lo necesario de incluir premios y recompensas para acompañar los logros obtenidos.
El entrenamiento de las habilidades sociales, más allá de la metodología, tendrá verdadero sentido a partir de la creatividad con que padres, pedagogos y terapeutas logren mantener vivo el interés de los jóvenes y los ayuden a percibir internamente el valor y el sentido que pueden adquirir los procesos comunicacionales.
Y en este sentido, cada familia, cada institución y cada proyecto humano deberá animarse a construir sus propias respuestas.
Luis Eduardo Martínezmartinez_luiseduardo@yahoo.com.ar
Twitter:@MartinezLuisEdu

jueves, 13 de septiembre de 2012

Técnicas tradicionales y novedosas en parálisis cerebral


Descripción de la imagen: rostro de niño con parálisis cerebral
Desde mediados del siglo pasado, las expectativas de vida de los afectados con PC se han incrementado. Afortunadamente, las terapéuticas también han evolucionado para mejorar su calidad. Incluso, los nuevos desarrollos científicos generan nuevas esperanzas acerca de la reversibilidad en el futuro de esta dolencia que afecta a algo más de 2 de cada 1.000 nacidos vivos.
Breve repaso
Bajo el nombre de Parálisis Cerebral se describe a un grupo de trastornos que causan discapacidad en el área psicomotriz a algo más de 2 de cada 1.000 nacidos vivos. Solamente en los EE.UU. se estima que hay 800.000 personas que viven con esa condición y que entre 8 y 10.000 más se agregan cada año.Si bien hasta no hace mucho la sobrevida era limitada y pocos llegaban más allá de la adolescencia, en la actualidad buena parte de los afectados alcanza la edad adulta (entre el 65 y el 90%) y más raramente la vejez, puesto que hacia los 40 años suele darse el fenómeno del envejecimiento prematuro, puesto que las disfunciones y los problemas que se presentan conducen a que muchos de sus órganos se estresen debido a que no siempre se desarrollan ni funcionan al nivel óptimo, sobre todo en lo referente al sistema cardiovascular y el respiratorio, que tienen que trabajar más y en peores condiciones, además de ser más vulnerables a otras afecciones (hipertensión, diversas formas de artritis, osteopenia, problemas en la deglución, disfunción vesical, etc.).Aproximadamente el 95% de los casos de PC son congénitos, es decir, aparecen con el niño. 
En el 5% restante se debe a distintas fuentes pos o perinatales natales, tales como meningitis bacteriana, encefalitis viral, lesiones craneanas, asfixia, etc.La clasificación de los tipos de PC más extendida y aceptada es la que la divide en cuatro categorías:
1) Espástica: Es la más común y abarca el 80% de los casos. En ella lo que predomina es la hipertonía de los músculos, más que la hipotonía o la paralización.
2) Atáxica: En ella, los rasgos dominantes son la hipotonía y los temblores. 
Las habilidades motoras se ven comprometidas, así como aquellas referidas al equilibrio.
3) Atetoide: Se caracteriza porque el tono muscular alterna entre la hiper y la hipotonía, que se conjuga con movimientos involuntarios.
4) Mixta: Intervienen características de dos o las tres anteriores. En realidad, suele ser la más corriente, puesto que es raro hallar las formas puras todo el tiempo.La gravedad de los síntomas va desde algunos problemas apenas perceptibles hasta la completa postración.A su vez, puede existir poco o nulo retraso en las funciones mentales, hasta el más severo.
Sobre todo, la afectación se hace patente en las extremidades, pudiendo presentarse sólo en una de ellas, de a pares (hemi o diplejía) o en las cuatro al mismo tiempo.Junto con la PC frecuentemente concurren otras patologías y problemas como la epilepsia, la disartria, problemas en la alimentación, incontinencia, dolores, convulsiones, escoliosis, malformaciones óseas (afinamiento, acortamiento y/o deformación de los huesos), etc.
Se consideran grupos de riesgo respecto de la PC a los niños que nacen prematuramente (antes de la semana 37) y con bajo peso (menos de 2,500 kg), los que provienen de nacimientos múltiples, los casos en que ha habido infecciones durante el embarazo (rubeola, toxoplasmosis, citomegalovirus, y herpes, entre otras), cuando hay incompatibilidad sanguínea entre el feto y la madre (distinto Rh), si las madres han estado expuestas a sustancias tóxicas (como el mercurio, por ejemplo) y si ellas presentan anormalidades tiroideas, retraso mental o convulsiones, aunque en este último grupo la probabilidad es apenas levemente mayor.
También algunas de las circunstancias que rodean al parto pueden producir una tendencia a la PC, aunque no necesariamente, por más que se presente más de una, el bebé tendrá esa condición. Entre ellas se sindican: presentación de nalgas, el trabajo de parto complicado, la puntuación Apgar baja (frecuencia cardíaca, respiración, tono muscular, reflejos y coloración de la piel) y las convulsiones del neonato.Si bien los problemas congénitos son de difícil prevención, en otros aspectos es posible anticiparse a los procesos que generan la PC. 
La vacunación contra la rubeola antes del embarazo y el monitoreo y tratamiento de la incompatibilidad del Rh son dos medidas que restan posibilidades de contraerla.Como la diversidad de factores que se cree que la causan no pueden ser previstos y controlados en su totalidad, salvo las medidas señaladas y aquellas que hagan a la prevención de accidentes que impliquen traumatismos craneanos severos, no se puede prever la mayoría de los casos.
Tampoco hay cura para la PC, al menos hasta el momento, aunque se encuentran en desarrollo algunos tratamientos que abren una luz de esperanza al respecto. Por ello, en general, las técnicas disponibles y comprobadas hasta el momento en cuanto a su eficacia se hallan orientadas hacia la disminución de la sintomatología y la mejora de la calidad de vida.TratamientosPor un lado, las patologías asociadas como la epilepsia y las convulsiones se tratan con la metodología común para tales afecciones.Por el otro, las consecuencias de la PC requieren múltiples áreas de concernimiento profesional, según las características que presente cada paciente.
Uno de los pilares es la fisioterapia, mediante la cual se trata de evitar, en la medida de lo posible, que los músculos se atrofien por el desuso o que se fijen en una posición rígida y anormal a causa de su contracturación.Existen al respecto diversos métodos, que, a partir de mediados del siglo pasado, compiten por la supremacía acerca de la rehabilitación.El de Temple-Fay es uno de ellos. Se basa en la asimilación de los movimientos del niño a aquellos de la evolución animal, repitiendo los movimientos propios de reptiles y anfibios, en los cuales en paciente adopta una posición más bien pasiva, mientras que los fisioterapeutas operan sobre su cuerpo.Por su parte, el que se conoce como Doman-Delacato se basa en estimulaciones (presiones dirigidas sobre zonas reflexógenas) para desarrollar posturas corporales adecuadas y desde allí tratar lo referente al movimiento. Uno de los problemas que presenta es que en ocasiones los niños pueden interpretar tales maniobras como agresiones.
El preconizado por el neurólogo Vojta contempla el problema motor como uno de aprendizaje. Basado en las teorías conductistas, la terapia y los aspectos educativos se toman en conjunto. Interviene en este método un instructor con conocimientos en terapia ocupacional, fisioterapia, logopedia y enfermería. Se trabaja con grupos de niños con problemáticas similares.El matrimonio Bobath introdujo hacia 1940 un procedimiento que lleva su apellido. Se basa en intentar dar al niño una experiencia sensoriomotriz normal del movimiento, para lo cual se utiliza la repetición de los movimientos y su incorporación a las actividades cotidianas. A través de distintas técnicas, se busca normalizar el tono muscular, inhibir los reflejos anormales y los movimientos patológicos, tratando de producir reacciones de enderezamiento y equilibrio.La terapista ocupacional y fisioterapeuta norteamericana Margaret Rood basó su metodología en la estimulación sensorial. 
Mediante ella, lo que se intenta es normalizar el tono muscular. Una vez logrado esto, el niño podrá comenzar a moverse más libremente. Para ello, se recurre a la estimulación cutánea, presiones y carga de peso, lo que facilitará un tono muscular más próximo a la normalidad.Por su parte, el kinesioterapeuta Michel Le Métayer, sostiene que, tras realizar una evaluación completa de la motricidad del paciente, mediante la cual se identifican las diversas anomalías, es necesario provocar esquemas neuromotores normales a través de distintas maniobras que permiten la recuperación. Para ello se utilizan series de movimientos que produzcan reacciones estáticas, de enderezamiento y de equilibrio acordes a los impedimentos.El método Kabat o de los movimientos complejos busca los siguientes objetivos: reforzamiento muscular, aumento de la estabilidad, aumento de la amplitud articular, restablecimiento de la coordinación, reentrenamiento del equilibrio y relajación muscular. 
Ello se produce a través de maniobras en diagonal y en espiral que reproducen los movimientos que se realizan en la vida diaria que se llevan a cabo en forma reiterada, hasta que el propio paciente logra su máximo potencial.
También la terapia ocupacional cumple funciones similares, buscando que se mejore la postura y así conseguir que aumente la movilidad, sobre todo lo relacionado con lo que son las actividades primarias de vida diaria, como, por ejemplo, comer, vestirse y utilizar el baño, entre otras.A su vez, aproximadamente un 20% de los niños con PC tienen serias dificultades para producir un lenguaje hablado inteligible, y, en muchos casos, tampoco son capaces de gestualidad que lo reemplace. Por ello es bastante frecuente que deba recurrirse a terapeutas del habla y del lenguaje, que los ayuden a mejorar en estos aspectos e incluso hagan lo propio con los dispositivos tecnológicos que pueden representar una forma alternativa de comunicación.Además de las terapias reeducativas, existen algunos fármacos que pueden aliviar determinados síntomas y el sufrimiento asociado.En algunos casos se utilizan diazepam, baclofén, dantrolene sódico y tizanidina en forma oral para relajar los músculos, aunque bajo estricta supervisión, puesto que sus efectos secundarios pueden producir somnolencia, malestar estomacal, aumento de la presión sanguínea y daño hepático en uso prolongado.
También en ocasiones se recurre a compuestos de alcohol diluido, que se inyectan en los músculos para aliviar la espasticidad, que puede dar buenos resultados, pero, al mismo tiempo requiere suma pericia en su administración, puesto que puede producir dolor intenso y entumecimiento. Su efecto se prolonga desde unos pocos meses hasta dos años.La toxina botulínica A se usa desde la década de 1990 para los casos de espasticismo. Varios estudios indican que lo reduce significativamente y que aumenta el rango de movimiento considerablemente. 
Por otro lado, sus efectos colaterales son mínimos. Suele trabajar mejor en los casos en que el paciente tiene algún control sobre sus movimientos y el número de músculos a tratar no es muy grande; a su vez, ninguno de ellos debe estar rígido.
Otro tratamiento más reciente es el suministro de baclofén intratecal (es decir, en el espacio lleno de líquido que cubre, en este caso, la médula) por medio de la inserción de una bomba. Esta sustancia es un relajante muscular, que reduce la espasticidad y alivia el dolor, y que, por ir directamente al sistema nervioso, no necesita de grandes dosis y actúa sobre todos los músculos. 
Contiene un reservorio rellenable que se inserta en el abdomen y permite su programación desde el exterior. Sus riesgos son las infecciones, los fallos en la programación o en la propia bomba y raramente sobrerrelajación, somnolencia, náuseas y vómitos, entre otros. Se recomienda su utilización sobre todo en pacientes con rigidez crónica intensa y/o que presenten movimientos incontrolados generalizados.
En algunos casos puede ser necesario recurrir a procedimientos quirúrgicos, que pueden ser básicamente de dos tipos: los ortopédicos y aquellos que buscan corregir los problemas musculares.Respecto de estos últimos, es posible alongar o acortar determinados músculos por medio de la cirugía. El problema que presenta esta forma de encarar el tratamiento es que es necesario identificar correctamente cuáles son los que intervienen en los movimientos que se busca normalizar (lo más usual es que se intente para mejorar la marcha), en algunos de los cuales son más de 30 que deben ser identificados. Existe una serie compleja de estudios para determinar con bastante precisión qué y cómo corregir.La rizotomía dorsal selectiva es un procedimiento que se recomienda cuando todo lo demás ha fallado. 
Consiste en la sección selectiva de determinados nervios que producen la sobreactivación muscular. Sin embargo, algunos médicos dudan de que la ecuación riesgos-beneficios sea positiva para el paciente. 
Por un lado, porque es irreversible, esto es, cualquier error ya no puede ser corregido; por el otro, porque no siempre se logran los resultados esperados y los efectos secundarios pueden conducir a pérdidas sensoriales, entumecimiento y sensaciones extrañas en las zonas tratadas.
Las cirugías ortopédicas buscan corregir las deformaciones y los problemas que trae en desarrollo inarmónico entre la estructura ósea, la musculatura y las articulaciones y se utilizan cuando son necesarias, sobre todo en lo relacionado con la marcha.
Los dispositivos órticos son aparatos y férulas que sirven para sostener, corregir y mejorar las posturas. 
En la actualidad, son mucho más ligeros y se adaptan a la persona, lo que implica que realmente ayudan al movimiento y al sostén sin agregar peso, adecuándose a cada paciente.También existen algunas terapias más recientes cuya pertinencia aun está siendo evaluada, tales como la estimulación eléctrica terapéutica, que conoce dos formas: la subumbral, que consiste en suministrar cargas eléctricas a determinados nervios para estimular la contracción de grupos musculares escogidos, y la con umbral, en la que la intensidad de las descargas es menor, aunque busca los mismos resultados.
La terapia de oxigenación hiperbárica se propone como una forma de reactivar las zonas afectadas tras una deprivación de oxígeno mediante el forzamiento de altas cantidades de oxígeno a una presión más elevada que la normal. Hasta el momento, sus resultados no han sido comprobados.
Asimismo, se reportan beneficios utilizando otros procedimientos complementarios de los anteriores, como la equinoterapia, las terapias recreativas y lúdicas, que, más allá de los beneficios que puedan tener en el aspecto físico, incrementan la confianza, la autoestima y tienden a mejorar la comunicación.
A su vez, a medida que los niños crecen, son más propensos a manifestar depresión y problemas de conducta, lo que muy probablemente implique que deba recurrirse a especialistas del área de Psicología. Y en muchas oportunidades quizás también lo necesiten los padres y los parientes más cercanos, así como la participación en grupos de personas en situación idéntica puede aportar un marco de contención mayor.
En los casos más severos, también se puede recurrir a las distintas tecnologías asistivas disponibles, que van desde dispositivos para abrir puertas, a sillas de ruedas manejadas con pequeños movimientos, hasta computadoras que pueden controlarse con el movimiento de los ojos, con sintetizador de voz que permite comunicarse hasta a aquellos que ven severamente limitada esa posibilidad por medio de la palabra oral o escrita, navegar por internet, etc.Investigaciones y nuevas posibilidades
Más allá de hallarse en ejecución un número importante de investigaciones que tratan de comprender los distintos mecanismos que intervienen en la producción de la PC para poder prevenirla, hay otras que intentan mejorar las posibilidades de recuperación y de regeneración.Se ha comprobado que el glutamato, una sustancia que ayuda a la comunicación de las células, cuando se produce una hemorragia cerebral, se libera en grandes cantidades, lo que sobreexcita a las neuronas, causando su muerte. 
Se está trabajando en nuevos medicamentos que ayuden a bloquear a sustancias como esta que se sobreexpresan ante determinados eventos para nulificar o, al menos, limitar sus efectos. 
En ese mismo sentido, la estimulación de las neurotrofinas, que protegen a las neuronas, en casos de hemorragias o accidentes es una alternativa bajo estudio.
También se evalúan nuevas técnicas fisioterapéuticas, como la terapia inducida por sujeción, que consiste en inmovilizar el miembro sano durante un cierto tiempo en una diplejía para obligar al miembro afectado a realizar todo el trabajo.Pero lo que concita las mayores esperanzas es el tratamiento con células madre para reponer las neuronas que resultaron dañadas. 
Es sabido que estas células tienen la potencialidad de transformarse (y ser transformadas) en específicas. En ese sentido, se está estudiando la posibilidad de implantarlas en las zonas afectadas para que se restablezcan las funciones perdidas y se reduzcan o desaparezcan los efectos de la PC, ello acompañado de diversas técnicas de reeducación para establecer los movimientos normales.
Final
El tratamiento de la PC requiere de una interacción compleja de diferentes especialidades. Los resultados del conjunto varían de sujeto a sujeto, según el grado de su afectación.Algunos pueden hacer una vida prácticamente normal; otros tendrán algunas complicaciones de distinto tenor y los hay cuyas mejoras serán mínimas.De todas maneras, cada acción que se haga en este sentido le brindará un mayor bienestar a la persona. Y los frutos posibles pueden ser espectaculares, si se tiene en cuenta que, por ejemplo, en los Juegos Paralímpicos de Londres de este año, además de en otros deportes, en el fútbol compiten equipos de jóvenes con Parálisis Cerebral.No todos pueden ser deportistas, pero sí estar mejor
Ronaldo Pellegrinironaldopelle@yahoo.com.ar