domingo, 25 de febrero de 2018

Tras denunciar que le negaban la vacante, el futbolista Walter Montillo consiguió colegio para su hijo con síndrome de Down

Tras denunciar que le negaban la vacante, el futbolista Walter Montillo consiguió colegio para su hijo con síndrome de Down

Tras denunciar que le negaban la vacante, el futbolista Walter Montillo consiguió colegio para su hijo con síndrome de DownResultado de imagen para walter montillo

Irá con su hermano a una escuela de Belgrano. "Ojalá mi caso sirva para que otros padres no pasen por lo mismo", dijo el jugador.

Hubo que esperar y pasar un mal trago, pero finalmente el futbolista Walter Montillo y su esposa, Melina, consiguieron una vacante para Santino, su hijo con síndrome de Down: junto a su otro hijo, Valentín, irá a una escuela privada del barrio de Belgrano.
El jugador del Club Atlético Tigre había expresado su indignación y preocupación el lunes, cuando tuiteó: "Nunca pensé que en mi propio país iba a ser tan difícil anotar a mi hijo en una escuela... Tengo un hijo con síndrome de down no una bomba nuclear. Es de no creer, hay vacantes hasta que les informamos 'tiene Down', ah no hay más vacantes!". En ese tuit, Montillo mencionó las cuentas de los Ministerios de Educación de la Nación y de la Ciudad, y al gobierno porteño.
"Empezamos a buscar escuelas y se nos estaba complicando. Fue entonces que mandé el tuit. Fue doloroso porque sentís que le cierran las puertas a tu hijo. La psicopedagoga que sigue a Santino es quien nos indicó que debía asistir a una escuela normal y no a una especial, y nos cruzamos con dos escuelas que nos dijeron que había vacante y, al saber que Santino tiene síndrome de Down, empezaron con que tenían que reunirse para hablar, que no es tan fácil tener a un chico así, buscaban excusas".
"Ojalá mi caso sirva para que otros padres no pasen por el mismo problema, aunque sé que esos padres no tienen cámara o micrófono: los que sufren son los chicos, por eso hay que resolverlo. Pero en las escuelas tienen que saber que tienen la responsabilidad de cumplir el derecho a estudiar que tienen todos los chicos", sigue el jugador de Tigre.
Según detalla Montillo, desde el área de Educación Privada del Ministerio de Educación de la Ciudad se comunicaron con su esposa para asesorarla respecto de en qué escuelas podría conseguir una vacante para Santino. "Nuestro plan familiar era que Valentín y Santino fueran a la misma escuela", sostiene. El más grande cursará 5° grado, el más chico, 2°.
"Va a ir una maestra integradora con Santino, tal como ocurrió en otras escuelas. A medida que avanza el año, se va viendo si esa integradora va saliendo", explica Montillo, y agrega: "Vengo de Brasil, y allí creo que están más evolucionados en este sentido; no tuvimos problema para inscribir a Santino y la propia escuela se ocupaba de buscar la maestra integradora".
Para el ex jugador de San Lorenzo "es probable que en esas escuelas donde no quisieron dar la vacante hayan tenido miedo por no haber trabajado nunca con un chico así, por no saber cómo sería ese nene con sus compañeros, pero fue doloroso". "Nunca nos había pasado algo así", cierra. Hoy está más tranquilo: sus dos hijos ya tienen aula que los reciba.

Tratamiento psicológico y farmacológico en TDAH. ¿El orden altera los resultados

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En la actualidad, se encuentra bastante bien establecido que los tratamientos con mayor evidencia para el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), son los de corte conductual y aquellos que incluyen medicamentos con psicoestimulantes (Conners, 2002; Pelham & Fabiano, 2008; Evans, Owens & Bunford, 2014). Ambos tipos de abordajes han sido ampliamente estudiados. Sin embargo, no existe por el momento acuerdo sobre la forma en que los mismos deben administrarse. Algunos profesionales e instituciones recomiendan comenzar a tomar medicamentos inmediatamente y, de acuerdo a la necesidad, complementarlos con otros fármacos adicionales (Grupo de Trabajo de AACAP sobre Cuestiones de Calidad, 2007).
Otros en cambio, recomiendan un inicio con tratamientos psicosociales y combinar con medicamentos en caso de ser necesario (Grupo de Trabajo de APA sobre Medicamentos Psicoactivos para Niños y Adolescentes, 2006). Por último, están aquellos que proponen un comienzo simultáneo, es decir, ambos procedimientos a la vez.
El asunto es que, a pesar de la gran cantidad de investigaciones que se ocuparon de estas intervenciones en forma separada, es escasa la bibliografía que contraste los efectos de ellas en conjunto. No se encuentran estudios tampoco que comparen y alteren de forma sistemática la secuencia en la cual se administran los tratamientos. Como contrapartida, la medicación es la opción más comúnmente usada, y con frecuencia, la única implementada durante largos períodos de tiempo. Esto significa que quienes padecen TDAH pasan gran parte de su niñez recibiendo psicofármacos (con los consiguientes efectos secundarios), pero sin un tratamiento psicológico que les enseñe habilidades a ellos y a sus entornos.
Investigaciones recientes — con diseños intrasujetos y ensayos controlados aleatorizados (ECA), para evaluar diferentes dosis de medicamentos y cantidades variables de terapia de conducta — hallaron que tratamientos intensivos conductuales producen efectos similares que altas dosis de medicamentos (aplicados en forma separada), pero que dosis bajas de ambos abordajes también producen modificaciones sustanciales en una buena cantidad de niños (nuevamente, aplicados en forma separada) (Fabiano et al., 2007; Pelham et al., 2005; Pelham et al., 2014). A su vez, estos estudios arrojan que la combinación de tratamiento conductual combinado con medicación, ambos en proporciones bajas, producen efectos equivalentes que aquellos tratados de forma unimodal (solo medicación o solo psicoterapia) en dosis/intensidad alta. Los resultados de estos diseños mostraron menor cantidad de síntomas secundarios producidos por la medicación, mayores niveles de satisfacción de los padres, y menor intensidad de intervenciones conductuales.
QUIENES PADECEN TDAH PASAN GRAN PARTE DE SU NIÑEZ RECIBIENDO PSICOFÁRMACOS (CON LOS CONSIGUIENTES EFECTOS SECUNDARIOS), PERO SIN UN TRATAMIENTO PSICOLÓGICO QUE LES ENSEÑE HABILIDADES A ELLOS Y A SUS ENTORNOS
Todo esto muestra un panorama complejo, donde la decisión sobre la forma de tratar a un niño con TDAH está supeditada muchas veces a la voluntad del profesional tratante, y no a criterios preestablecidos basados en la evidencia.
Tomando en cuenta la ausencia de estos criterios, un conjunto de investigadores intentó responder a la pregunta sobre si el orden en que se aplican los tratamientos en TDAH influye, y si es posible formular reglas de elección a la hora de recomendar un abordaje a las familias.

¿En qué consistió la investigación?

El estudio, publicado en el _Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology _durante el año pasado, tomó como punto de partida la limitación de las investigaciones existentes en cuanto a la secuenciación, combinación y dosificación de tratamientos en entornos naturales. Concretamente, los investigadores se plantearon 3 preguntas:
  • ¿Produce mejores resultados (medido por registros de padres y maestros) comenzar con una dosis baja de tratamiento (a) farmacológico, o (b) conductual?
  • ¿Cuál es el protocolo de tratamiento más efectivo? Suponiendo que se inicia un tratamiento y el mismo no da resultado, ¿cómo conviene seguir? Si consideramos que, como punto de partida tenemos dos tratamientos posibles, el conductual (C) y el farmacológico (F), obtenemos las siguientes posibilidades de combinación: c_onductual- conductual (CC)_, conductual- farmacológico (CF)farmacológico- farmacológico (FF) y por último farmacológico- conductual (FC).
  • Cómo interrogante final, los investigadores se plantearon si en caso de respuesta insuficiente al tratamiento inicial, el mismo mejora aumentado la dosis del mismo tipo de abordaje, agregando por ejemplo al farmacológico una dosis mayor de fármacos (FF) o cambiando la modalidad e introduciendo el conductual (FC en nuestro ejemplo).
Para responder estas preguntas, se reclutaron 152 chicos de entre 5 y 12 años, todos con TDAH, referidos por colegios, médicos y sistemas de salud. Los mismos fueron asignados aleatoriamente a los dos tipos de intervención: farmacológica y conductual.
En los casos donde los pequeños respondían favorablemente al tratamiento inicial, no se le aplicaba el segundo. Es decir, no se expuso a ningún niño a un abordaje que no necesitara. Si una de las preguntas centrales de la investigación era conocer si administraciones bajas en dosis/intensidad son suficientes para mejorar el TDAH, no tenía sentido desperdiciar tiempo y recursos. En caso de no responder bien al primer tratamiento, se los asignaba aleatoriamente al segundo tipo de abordaje, quedando los tratamientos combinados en la forma en que mencionamos antes: CC (conductual- conductual) / CF (conductual- farmacológico) / FF (farmacológico- farmacológico) / FC (farmacológico- conductual).
Se observaron a los niños en los colegios y en sus casas durante un año, documentando variables como habilidades sociales, conductas de oposición, calificaciones escolares y violaciones a las reglas en estos dos ámbitos.
Como parte del tratamiento conductual inicial, los padres recibieron ocho sesiones de entrenamiento sobre la forma en que debían conducirse con sus hijos, y se instruyó a maestros y personal de los colegios a utilizar distintas economías de fichas en los colegios, en la que los niños accedían a los reforzadores en sus casas.
Como parte del tratamiento farmacológico inicial, los niños recibieron 0,15 mg/kg de metilfedinato de liberación prolongada.

Resultados

El estudio, como se mencionó en el apartado anterior, buscó dar respuestas a tres preguntas distintas y de gran relevancia en cuanto a la toma de decisiones clínicas:
– ¿Se observan mejoras comenzando con un tratamiento de baja intensidad/dosis de terapia de conducta o farmacológica?
– ¿Qué protocolo es más efectivo?
– En caso de respuesta insuficiente al tratamiento inicial, ¿qué abordaje es recomendable?

Analizaremos los resultados tomando una a una las preguntas de investigación.
¿Mejora los resultados comenzar con un tratamiento de baja intensidad/dosis de terapia de conducta o farmacológica?
El comenzar con una intensidad baja de modificación de conducta reportó resultados similares e incluso mejores que iniciar el tratamiento con una dosis baja de psicofármacos. Si bien las evaluaciones de docentes y personal escolar no variaron significativamente en cuanto a la ruptura de normativas escolares en los dos tratamientos, si variaron en relación a los comportamientos de oposición, siendo significativamente menores en aquellos pequeños que comenzaron con el abordaje comportamental.
Con respecto al ámbito hogareño, no hubo diferencias entre los dos tipos de abordajes. Los reportes de los padres en cuanto a síntomas, comportamiento de oposición y habilidades sociales fueron similares en ambos grupos.
De los sujetos que comenzaron con el tratamiento (C) el 33% no necesitó el segundo tratamiento, comparado con el 53% del tratamiento (F). No obstante, aquí algo curioso, el 24% de los niños que comenzaron por el tratamiento conductual concluyó el protocolo de investigación sin medicación. Este porcentaje es muy superior al de las personas que comenzaron con medicación (F). Esto sugiere que, por más que inicialmente sea necesario incrementar el tratamiento original, tanto los pacientes como sus familias adquirieron herramientas que les posibilitó a los primeros prescindir de los psicofármacos en etapas posteriores de su desarrollo.

AQUELLOS PADRES Y MAESTROS QUE NO RECIBAN CAPACITACIÓN EN MANEJO DE CONDUCTA, ES PROBABLE QUE QUEDEN ATADOS A LA MEDICACIÓN PARA OBSERVAR CAMBIOS POSTERIORES EN SUS HIJOS
Otro resultado no previsto por los investigadores, fue que la participación que tuvieron los padres en las sesiones de capacitación se redujo drásticamente en aquellas familias a las cuales inicialmente se les administró el tratamiento (F), en comparación con el protocolo conductual. Expresado con otras palabras, la provisión de medicamentos previo a las capacitaciones en comportamiento, se asoció a tasas mucho más bajas de participación posterior en los grupos de padres.
La hipótesis sugerida por los autores del estudio indica que el hecho de ver algunos resultados inmediatos producto de los fármacos reduce la motivación de los padres en asistir a encuentros que demandan tiempo y esfuerzo, ya que además de dichas sesiones éstos deben poner en práctica aquello en que son capacitados.
Este último punto es de importancia especial a la hora de recomendar un comienzo de tratamiento, aunque constituya un resultado secundario de la investigación. Aquellos padres y maestros que no reciban capacitación en manejo de conducta, es probable que queden atados a la medicación para observar cambios posteriores en sus hijos.

¿Qué protocolo es más efectivo?

Para no marear a los lectores con las combinaciones, recordemos que las posibilidades de integración son cuatro: conductual- conductual (CC)/ conductual- farmacológico (CF)/ farmacológico- farmacológico (FF) y farmacológico- conductual (FC).
En general, los resultados de los protocolos que implicaban aumentar la intervención inicial, estos son (CC) y (FF), fueron comparables y eficaces; aunque el protocolo comportamental arrojó mejores resultados en el ámbito escolar.
Ya del lado de las combinaciones, el procedimiento conductual seguido del farmacológico, demostró ser mucho más eficaz en el ambiente escolar y el familiar que su inverso, el (FC).

Con respecto a los tratamientos secundarios que involucraban medicación, aquellos pequeños que recibieron primeramente terapia de conducta, recibieron significativamente menos fármacos que los que comenzaron con la ingesta de éstos, una vez terminada la investigación.
En caso de respuesta insuficiente al tratamiento inicial, ¿qué abordaje es recomendable?
Antes de dar responder concretamente este interrogante, el equipo de investigadores encontró que una proporción amplia de niños se ve beneficiada por tratamientos de baja intensidad tanto conductuales como medicamentosos. Para muchos, solo con uno de los abordajes disponibles (medicación o psicoterapia) alcanza para obtener mejoras significativas en la escuela y en sus casas. Esto es un dato de gran relevancia clínica para los niños, pero también para los sistemas de salud.
COMENZAR CON MEDICACIÓN Y PROSEGUIR CON PSICOTERAPIA INHIBE LOS RESULTADOS DE ESTA ÚLTIMA, POR LO QUE NO RESULTA UNA PROPUESTA RECOMENDABLE
De los resultados del estudio, los investigadores señalan que, en caso de un tratamiento inicial insuficiente, tanto medicación como abordaje conductual pueden resultar eficaces, pero solo cuando el procedimiento inicial es la terapia de conducta. Comenzar con intensidad baja de terapia de conducta e incrementar (en caso de no respuesta) la misma o combinar con medicación, produce los mejores resultados; en comparación con un comienzo farmacológico. Simplificando, (CC) y (CF) son las combinaciones que mejores resultados dan. Por el contrario, del estudio se desprende que (FF) y (FC) no producen los mismos efectos. Incluso peor, como ya se sugirió en la primer respuesta, comenzar con medicación y proseguir con psicoterapia inhibe los resultados de esta última, por lo que no resulta una propuesta recomendable.

Conclusiones y consideraciones finales

De los resultados comentados hasta aquí, podemos sostener, jugando con un viejo dicho de las matemáticas, que el orden de los factores si altera el producto. No obtenemos los mismos resultados comenzando por un tratamiento psicofarmacológico que por uno conductual.
En caso de encabezar el tratamiento un abordaje comportamental, es probable que los padres sean más receptivos en cuanto a las herramientas que necesitan adquirir para relacionarse con sus hijos, a la vez que éstos presentarán mayores avances, necesitando en un futuro próximo menores cantidades de psicofármacos. Extendiendo estas consecuencias, los efectos secundarios sufridos por medicamentos serán menores, y lo aprendido por la psicoterapia seguramente se sostenga más en el tiempo, que lo que sucede con la medicación.
Con respecto a intensidades y dosis, una buena parte de los niños se ven beneficiados por intensidades bajas de tratamiento, por lo que según el estudio mencionado, debería considerarse como punto inicial de toda intervención.
Si bien la muestra de niños tomada es pequeña y los resultados no son generalizables al universo de sujetos con el trastorno, muestra una línea muy promisoria de investigación con implicancias en todo el espectro clínico. Por el lado de los niños y las familias, podrían verse beneficiadas al no recibir tratamientos innecesarios. A su vez, podrían limitarse al máximo los efectos secundarios que produce la medicación y los efectos inhibidores entre los distintos abordajes.

Desde la óptica de los sistemas de salud, se optimizarían recursos temporales y económicos, al tener un criterio de elección clínica que se adapte a las particularidades de la persona y de como responde a la intervención.
Para quienes lean en inglés y deseen darle una ojeada a la investigación, pueden seguir el siguiente enlace.
Referencias bibliográficas
AACAP Work Group on Quality Issues (2007). Practice parameter for the assessment and treatment of children and adolescents with attention-deficit/hyperactivity disorder_. Journal of the American Academy of Child & Adolesc Psychiatry._ 46_(7)_ 894-921.
APA Working Group on Psychoactive Medications for Children and Adolescents (2006). Report of the Working Group on Psychoactive Medications for Children and Adolescents. Psychopharmacological, psychosocial, and combined interventions for childhood disorders: Evidence base, contextual factors, and future directions.Washington, DC: American Psychological Association.
Conners, CK (2002). Forty years of methylphenidate treatment in Attention-Deficit/ Hyperactivity Disorder. Journal of Attention Disorders 6 (1) 17-30.
Evans SW., Owens JS., Bunford N. (2014). Evidence-based psychosocial treatments for children and adolescents with attention-deficit/hyperactivity disorder. Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology 43_(4)_ 527-51.
Fabiano, GA, et (al) (2007). The single and combined effects of multiple intensities of behavior modification and methylphenidate for children with Attention Deficit Hyperactivity Disorder in a classroom setting. School Psychology Review. 36 195–216
Pelham, WE., et (al) (2005). Transdermal methylphenidate, behavioral, and combined treatment for children with ADHD. Experimental and Clinical Psychopharmacology. 13_(2)_111-26.
Pelham, WE. Jr, Fabiano GA. (2008). Evidence-based psychosocial treatments for attention-deficit/hyperactivity disorder. Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology. 37_(1)_184-214.
Pelham, WE., et (al)(2014). A dose-ranging study of behavioral and pharmacological treatment in social settings for children with ADHD. Journal of Abnormal Child Psychology 42_(6)_:1019-31.
Licenciado en Psicología, especialista en análisis conductual aplicado en trastornos del desarrollo. Se interesa por la difusión de la ciencia en general, y de la psicología en particular.
 

La OMS reconoce el trastorno por videojuegos

Los trastornos por el abuso de videojuegos han sido muy discutidos.
Después de muchos debates y análisis, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el trastorno por videojuegos y lo añadirá en la próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), el cual estará listo en el 2018.

El trastorno por videojuegos no se había incluido en las versiones anteriores del CIE ni en el DSM-5 — el manual de la Asociación Americana de Psiquiatría— a causa de la falta de consenso científico e insuficiente evidencia para considerarlo como un trastorno mental. Otros especialistas argumentaron que no está claro si los problemas relacionados con los videojuegos se deben clasificar como un nuevo trastorno o si son conductas problemáticas relacionadas a otras condiciones mentales.
La noticia se dió a conocer en el día de ayer a través del blog científico New Scientisty según explica, la OMS todavía no ha cerrado la definición diagnóstica pero se puede entender como un patrón de comportamiento de juego “continuo o recurrente” caracterizado por:
  • Incapacidad de controlar el inicio, frecuencia, intensidad, duración y finalización de la conducta de juego
  • Aumento de la prioridad que se otorga a los videojuegos frente a otros intereses vitales y actividades diarias.
  • Mantenimiento e incremento de la conducta a pesar de las consecuencias negativas que puede generar.
El responsable del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias en la OMS, Vladimir Poznyak, explicó a New Scientist que los profesionales de la salud deben reconocer que los trastornos del juego pueden tener graves consecuencias para la salud.
Esto no quiere decir que todas las personas que juegan videojuegos desarrollarán un trastorno de videojuegos. Debemos reconocer que el uso excesivo puede generar daños a la salud, pero al mismo tiempo debemos ser cautos en el diagnóstico porque este nuevo trastorno podría fomentar el pánico moral y los falsos positivos, especialmente una actividad tan común en el mundo entero, especialmente en niños y adolescentes que dedican horas a jugar videojuegos, pero que no necesariamente cumplen con los criterios diagnósticos.
Nuevamente cabe resaltar que la nueva versión del CIE no ha sido publicada y que todavía falta que se precise su definición clínica y diagnóstica, por lo tanto ni los psicólogos, ni los psiquiatras pueden diagnosticar este trastorno.
Fuente: El País

CERTIFICADO DE DISCAPACIDAD: (PDF) Descifrando la CIE-10 y Esperando la CIE-11

Cada vez que un médico escribe en una historia clínica  o un certificado de discapacidad ( CUD) debe asignar un código a los diagnósticos que elabora al atender un paciente. Habitualmente esta asignación se hace sin conocer el propósito de esa codificación.
En este artículo se presentan las clasificaciones internacionales, enfatizando en aquellas que permiten codificar las enfermedades. Se describe la lógica interna, utilización internacional, ventajas e implementación en Colombia de esas clasifi- caciones sobre enfermedades.
Por último, se presentan los mecanismos que se utilizan para actualizar la clasificación vigente y algunas novedades que se esperan para la próxima versión (CIE-11).
Por: Alexander Gómez Rivadeneira

Musicoterapia como tratamiento no farmacológico para pacientes con Alzheimer


El mal de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo que se caracteriza por el deterioro de las funciones cognitivas superiores (memoria, lenguaje, orientación), las funciones de regulación emocional y la conducta. El Alzheimer es el tipo de demencia más frecuente y se estima que afecta a 35,6 millones de personas en el mundo, lo que representa el 70% de los casos diagnosticados.
No se ha encontrado una cura para el Alzheimer y sólo existen algunos tratamientos psicofarmacológicos paleativos para tratar los síntomas cognitivos. Las limitaciones de los tratamientos convencionales ha despertado la necesidad de buscar alternativas no farmacológicas y una de ellas es la musicoterapia.
El equipo dirigido por Natalia García-Casares, llevó a cabo una revisión de PubMed y ScienceDirect para conocer qué dicen los estudios científicos sobre la efectividad de la musicoterapia como tratamiento no farmacológico para el Alzheimer.
En total encontraron 161 resultadados que incluyeron las palabras Alzheimerdisease y music therapy, luego aplicaron un filtro para eliminar las investigaciones que eran revisiones y análisis de casos únicos o realizados con pacientes con demencias de tipo no Alzheimer. También eliminaron las investigaciones que fueron publicadas antes del 2006 y las investigaciones que evaluaron el efecto combinado de la musicoterapia con otro tipo de terapia. Lo que les dio como resultado 21 estudios que cumplían con los criterios.
Uno de los estudios más representativos incluidos en esta revisión fue el de Gómez Gallego y Gómez García1. En este estudio expusieron a 42 pacientes con Alzheimer moderado y leve a dos sesiones semanales de 45 minutos de musicoterapia durante un periodo de seis semanas. Al terminar las sesiones se le aplicó una serie de tests cognitivos, escalas neuropsiquiatricas y por último, pruebas clínicas de depresión y ansiedad. Al evaluar los resultados se encontró una rápida mejoría de las habilidades cognitivas, un incremento de la memoria, orientación y una marcada disminución de la depresión y ansiedad.
La mayoría de los estudios incluidos en al revisión encontró resultados similares al de Gómez Gallego y Gómez García. Pero la revisión también encontró una limitación importante: todos los beneficios encontrados no fueron duraderos y desaparecían rápidamente.
Los autores de esta notable revisión también resaltan algunas de las importantes limitaciones de los estudios incluidos: muestra heterogénea en tamaño de muestra, tipos de estudio y características de la musicoterapia. Lo que significa que hay que seguir investigando para afinar los estudios y poder saber con precisión si es un modelo eficaz para ser aplicado mundialmente como parte del tratamiento para el Alzheimer.
Referencia del estudio: García-Casares N, Moreno-Leiva RM, García-Arnés JA. Efecto de la musicoterapia como terapia no farmacológica en la enfermedad de Alzheimer. Revisión sistemática. Rev Neurol 2017;65 (12):529-538
Fuente: Neurología
  1. Gómez-Gallego M, Gómez-García J. Music therapy andAlzheimer’s disease: cognitive, psychological, and behaviorale ects. Neurologia 2016; Feb 17

Guía: Comprendiendo la ansiedad (PDF)

El Servicio Andaluz de Salud publicó en el año 2013 esta excelente guía para pacientes que explica qué es la ansiedad, síntomas, tratamiento y factores que mantienen la ansiedad.

Introducción:

La palabra ansiedad se utiliza para describir la respuesta mental y física que se produce ante situaciones de peligro. Se trata de una reacción normal que experimenta todo el mundo a veces (por ejemplo, antes de una prueba médica, al hablar en público, antes de una cita importante, etc.). Puede proporcionarle una ayuda adicional para escapar del peligro o darle una energía mayor para completar las tareas que tiene pendientes. Entendida como tal, es un mecanismo de defensa del organismo y por tanto no necesariamente negativa.
Por lo tanto, el objetivo no es suprimirla sino aprender a controlarla. Se trata de vivir con menos ansiedad y no de vivir sin ansiedad.
La ansiedad se convierte en un problema cuando los síntomas son:
• Graves y desagradables.
• Duran mucho tiempo.
• Ocurren con demasiada frecuencia.
• Si aparecen ante situaciones que realmente no deberían ser estresantes.
• Si nos impiden hacer lo que queremos hacer

Guía práctica del trastorno límite de la personalidad (PDF)


El trastorno límite de la personalidad (TLP) consiste en un patrón persistente de inestabilidad en las relaciones interpersonales, afecto y autoimagen con escaso control de impulsos.
Esta GPC, resultado del trabajo de un grupo de profesionales vinculados a la atención de los pacientes con TLP y de expertos en metodología de elaboración de GPC, pretende dar a la población y a los profesionales sanitarios una herramienta útil que aporte recomendaciones basadas en la evidencia científica y en el mayor consenso posible sobre la atención a las personas afectadas de TLP: consideraciones generales (diagnóstico, manejo general y prevención), intervenciones psicosociales, tratamiento farmacológico, gestión de la crisis y organización de servicios y programas.
Asimismo, pretende disminuir la incertidumbre y la variabilidad en la práctica clínica y facilitar unos criterios comunes que hagan posible una actuación coordinada entre profesionales de distintos ámbitos clínicos y niveles asistenciales de la red sanitaria. Con seguridad, que la aplicación adecuada de la GPC sobre TLP, contribuirá a mejorar la calidad y la efectividad de la atención que se presta a estos pacientes desde los servicios de salud.

Satisfacción laboral y capital psicológico: factores que influyen en el síndrome de burnout (PDF)

La satisfacción laboral y el capital psicológico contribuyen positivamente al bienestar psicológico de los trabajadores y pueden reducir los niveles de burnout( cerebro quemado) en el contexto laboral.
El objetivo de esta investigación fue evaluar la relación entre la satisfacción laboral, el capital psicológico y el síndrome de burnout. Participaron en este estudio 111 trabajadores. Los resultados mostraron una relación inversa entre las variables predictoras (satisfacción laboral y capital psicológico) y la variable dependiente (síndrome de burnout). De acuerdo con los análisis, las variables predictoras explican el 24% de la varianza del modelo; además, el modelo representó el 35% de la varianza cuando la dimensión de agotamiento emocional del síndrome de burnout fue evaluada como variable dependiente (e. g., después de excluir las otras 2 dimensiones del síndrome). Estos resultados evidencian beneficios potenciales en los programas dirigidos a promover la satisfacción laboral y el capital psicológico en el contexto organizacional
Autores: Gustavo E. Gómez-Perdomo∗, Adriana C. Meneses-Higuita y María C. Palacio-Montes

Realidad Virtual y Terapia Online para enfermedades crónicas en la infancia y adolescencia Por Psyciencia -30/01/2018


El objetivo del presente trabajo es mostrar una intervención psicológica para el afrontamiento del dolor y la ansiedad en pacientes pediátricos de larga hospitalización, aplicada a través de un programa de realidad virtual y una plataforma de tele-psicología.
Se presenta una serie de casos como estudio piloto acerca de la e cacia y factibilidad de esta estrategia de intervención para dicha población, en el que participan 6 pacientes con enfermedades de larga duración y edad media de 12 años.
Se evalúan los per les psicosociales y de personalidad, el nivel de dolor y ansiedad (distrés), las competencias emocionales y la resiliencia.
Los resultados muestran cierta mejoría a nivel emocional y de aceptación, así como una alta aceptabilidad y usabilidad del programa.
Autores: Juan Miguel Flujas-Contreras, Dyanne Ruiz-Castañeda, Cristina Botella y Inmaculada Gómez.

Especial: ABA en el tratamiento del autismo (PDF)


 Existen cientos de tratamientos para los trastornos del espectro autista, pero solo un puñado de ellos cuenta con la robustez científica necesaria para que ser recomendados como terapia. Uno de los tratamientos más importantes y reconocidos a nivel mundial es el ABA (Análisis Conductual Aplicado), un tipo de terapia aque aplica los principios del aprendizaje de forma sistemática para incrementar, disminuir, mantener o generalizar determinadas conductas que se toman como objetivo.
El año pasado nuestro columnista especializado en autismo, Mauro Colombo, escribió tres artículos introductorios sobre el ABA, sus principios, características, aplicaciones y evidencia.  Estos artículos representan un importante aporte para el campo de la psicología clínica infantil — especialmente aquellos que trabajan con niños diagnósticados con autismo — y por lo tanto decidimos crear un documento en formato PDF para que todos los lectores puedan descargarlo, imprimirlo y compartirlo en clases o con sus colegas.

(PDF) Guía: Educación sexual de niños, niñas y adolescentes con discapacidad intelectual

Objetivos generales

Ofrecer a los profesores y profesoras, un material de apoyo a la reflexión y al quehacer en el tratamiento de la educación sexual de sus estudiantes que presenten necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad intelectual en las escuelas especiales o con programas de integración a lo largo del país.

Objetivos específicos

-Facilitar a las y los docentes de educación especial un material específico de apoyo técnico y metodológico para abordar la educación en sexualidad y afectividad de niños, niñas y jóvenes que presentan discapacidad intelectual.
– Entregar información actualizada respecto a los temas de sexualidad y discapacidad que pueda ser incorporada al quehacer de los docentes.
– Facilitar distinciones técnicas del desarrollo sexual de niños, niñas y jóvenes con discapacidad intelectual.
– Orientar acerca de formas, estrategias y espacios para el acompañamiento e intervención.
– Entregar herramientas de apoyo que ayuden a efectuar una lectura más certera de los comportamientos afectivo-sexuales de los estudiantes y, a discernir sobre las estrategias más adecuadas para intervenir sobre ellos.
– Apoyar la reflexión personal de los docentes y la comprensión de las propias actitudes frente a la sexualidad de las personas que presentan discapacidad intelectual, favoreciendo un cambio hacia una mayor apertura, tolerancia y comprensión de la diversidad humana.
– Estimular la reflexión y la conversación de los y las docentes entre sí y con muchos otros y otras (padres, madres, apoderados/as, directivos/as, conocidos/as), en torno a los derechos de las personas con discapacidad, no solo a ejercer su sexualidad, sino sino a integrarse plenamente a la sociedad en la que viven.
Fuente: Mineduc

Afrontamiento y estilos de crianza en padres de niños con discapacidad



La situación a la que se enfrentan algunos padres cuyo hijo o hijos tienen alguna discapacidad supone un fuerte impacto psicológico, en el que el estrés, depresión y ansiedad ente otras variables, están presentes e influyen de manera directa en el propio hijo o hijos. El estado de éstos padres a la hora de cuidar a sus hijos es importante, por lo que estudiar las variables que influyen en los padres de niños con discapacidad es interesante para poder intervenir en ellos y así mejorar el clima de convivencia.
Se pueden diferenciar entre la discapacidad física, psíquica y sensorial:
  • Física: aquella que limita el desempeño motor de la persona e incluye anomalías orgánicas, en el aparato locomotor o las extremidades, asó como alteraciones en el sistema nervioso y alteraciones viscerales.
  • Psíquica: se refiere a ciertos trastornos mentales o emocionales, además de otros trastornos que pueden llegar a ser crónicos y erosionan o impiden el desarrollo de sus capacidades funcionales sobre tres o más aspectos primarios de la vida cotidiana y menoscaban o impiden el desarrollo de la propia autosuficiencia económica.
  • Sensorial: se define como aquella que está relacionada con la disminución de los sentidos.
Puede haber comorbilidad entre las distintas discapacidades. A su vez, estas discapacidades se ordenan por porcentaje de minusvalía con los siguientes intervalos:
  • Menor del 33%
  • 33% al 64%
  • 65% al 74%
  • Superior al 75%
Este porcentaje se calcula en función de las limitaciones en la actividad diaria. Una vez que este porcentaje llega al 25% entran a formar parte los factores sociales.
En este estudio se va a estudiar el afrontamiento y el estilo de crianza en padres de niños con discapacidad. Lazarus y Folkman (1984) dicen que “El afrontamiento al estrés se refiere a todos los esfuerzos cognitivos y conductuales que emplea la persona para hacer frente a las situaciones estresantes, así como al malestar emocional asociado a la respuesta al estrés”. Estos autores propusieron ocho estrategias de afrontamiento centradas tanto en el problema como en la emoción para hacer frente a estresores.
Por otro lado, con los estilos de crianza, los padres marcan unas metas y actitudes para educar a sus hijos en función de la cultura y la personalidad. En los diferentes estilos de crianza influyen un gran número de variables, lo que pone de manifiesto lo complejo del desempeño de los padres. Baumrind (1973) identificó cuatro patrones principales de educación. Estos fueron autoritario, permisivo, democrático e indiferente. En la Figura 1 se puede observar una breve representación de estos estilos de crianza.
Figura 1: Representación de Estilos de Crianza

Este estudio tiene como objetivo general observar las diferencias en afrontamiento y estilos de crianza en padres de niños con discapacidad.
Para ello se contó con una muestra de 60 padres y madres de niños con discapacidad psíquica, física, sensorial y mixta (física y sensorial, y física y psíquica).
Para su estudio, se procedió a evaluar a los padres mediante un cuestionario sociodemográfico, para controlar variables contaminadoras o extrañas, como tiempo que hace desde que recibieron el diagnóstico, número de hijos o el lugar que ocupa el niño con discapacidad entre los hermanos, entre otros. También se pasó el Cuestionario de Prácticas Parentales de Robinson y cols. (1995) y el Inventario de Estrategias de Afrontamiento CSI.
Se realizó un diseño correlacional de comparación entre grupos.
Para su análisis, se realizaron estadísticos descriptivos, la prueba U de Mann-Whitney, la prueba de Kruskal-Wallis y la Correlación de Pearson.
Tras realizar los análisis, se encuentra que los padres van a afrontar de la misma manera la situación independientemente del tipo de discapacidad, porcentaje de minusvalía, si es el padre o la madre y los años que hace que recibieron el diagnóstico.
En este estudio, se encuentra que los estilos de crianza no van a variar entre los distintos tipos de discapacidad ni entre el padre o la madre. En cambio, se encuentra que varía en función del porcentaje de minusvalía que tenga el hijo para el estilo de crianza Autoritario y Permisivo, siendo más autoritarios cuanto menos porcentaje de minusvalía tenga el hijo.
Por otra parte, los padres con hijos con un grado de minusvalía medio (65-74%), se sitúan o en el estilo Permisivo o Autoritario. Para el estilo Autoritativo no se encuentran diferencias significativas en función del porcentaje de minusvalía.
Debido a que hay una correlación positiva entre el afrontamiento adecuado y el estilo Autoritativo y una correlación positiva entre el afrontamiento inadecuado y los estilos Permisivo y Autoritario, se puede concluir que si hay un manejo adecuado, es indiferente el grado de minusvalía del hijo, ya que los padres tendrán un estilo Autoritativo, lo que fomentara la autonomía, madurez y éxito académico de los niños.
También se encuentran diferencias significativas en los estilos de crianza en función de los años que recibieron el diagnóstico, situándose en un estilo más Permisivo o Autoritario después de los primeros años tras recibir el diagnóstico (3-6 años).
Por los resultados obtenidos se considera importante trabajar el afrontamiento con estos padres, ya que es un factor de protección del estrés y se relaciona de forma positiva con el estilo de crianza Autoritativo, caracterizado por la comunicación bidireccional, una conducta asertiva, castigos razonados y verbales, expresando afecto y cariño, y utilizando el control. Con este estilo de crianza se desarrolla la autonomía, madurez y éxito académico del niño.
Descripción: Graduada en psicología por la Universidad Camilo Jose Cela (Madrid). Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Interesada en la psicología clínica y de la salud.

Se abre el debate: ¿afectan los pesticidas el embarazo?


Un estudio reciente publicado en la revista JAMA encendió las alarmas para muchas mujeres en tratamientos de fertilidad y nutricionistas. El estudio fue realizado por Jorge Chavarro, experto en medicina reproductiva de la Escuela de Salud Pública de Harvard, y sugiere que un mayor consumo de alimentos con alto contenido de pesticidas se asocia con menores probabilidades de embarazo y niños nacidos con vida después de tratamientos de infertilidad con tecnologías de reproducción asistida (ART).

El estudio en cuestión observó a varios cientos de mujeres que estaban siendo tratadas en un centro de fertilidad en Boston. Las pacientes completaron un cuestionario sobre sus hábitos dietéticos antes de buscar tratamiento, así que los investigadores analizaron estos cuestionarios para ver qué tipo de frutas y verduras estaban comiendo y en qué cantidad.
El equipo quería comprobar si existía o no un vínculo entre la exposición estimada a pesticidas y la fertilidad, y encontraron que las mujeres con mayor exposición a frutas y verduras infectadas con pesticidas tenían menos probabilidades de quedar embarazadas que aquellas con una menor exposición.
Al respecto, la nutricionista Monica Reinagel publicó un artículo en Scientific American donde nos comparte sus impresiones acerca de esta investigación y su grado de asertividad, tomando en cuenta la muestra empleada. A continuación, compartimos con ustedes un fragmento del texto:
“Y no es demasiado difícil imaginar por qué (se obtuvieron estos resultados). Muchos (pero no todos) los pesticidas son lo que llamamos disruptores endocrinos; interfieren con las hormonas reproductivas. Esto ha sido ampliamente observado en peces, ranas y otros animales salvajes, y confirmado por estudios de laboratorio. Este nuevo estudio, aunque no puede demostrar una relación causal, sin duda da la alarma de que podemos haber subestimado el daño potencial de la exposición típica a plaguicidas en ciertas poblaciones vulnerables, como las mujeres que intentan concebir, las mujeres embarazadas y los bebés por nacer”.
En cuanto a la posible exactitud de los resultados, Reinagel enfatiza:
“Primero, tenga en cuenta que todas las mujeres en este estudio buscaban tratamientos avanzados de fertilidad. Estas fueron mujeres que estaban teniendo dificultades para quedar embarazadas por razones distintas a sus hábitos dietéticos. Es probable que ya haya algunos problemas endocrinos y quizás esto las haga más sensibles a los niveles de exposición que no afectarían a la población en general.
En segundo lugar, la exposición al pesticida se infirió indirectamente. No analizaron la orina o la sangre de las mujeres para buscar rastros de estos compuestos. Estaban basando su análisis en las propias estimaciones de las mujeres sobre la frecuencia con que comían varios alimentos en el pasado y los datos del USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) sobre el suministro general de alimentos. Como el Dr. Winter (toxicólogo de alimentos en la Universidad de California, Davis) me señaló en un correo electrónico, estos datos particulares no especifican qué pesticidas probablemente estén presentes o en qué cantidades. Y aún no hemos estudiado si aconsejar a las mujeres a cambiar sus patrones dietéticos mejorará las tasas de fertilidad.
No queremos que esta investigación asuste a las mujeres para que no coman frutas y verduras, o que les preocupe comer demasiadas manzanas o fresas. Como señala el Dr. Chavarro en su dieta de fertilidad, una dieta rica en frutas y verduras es favorable para la salud general y la fertilidad”. 

Si te preocupan los pesticidas, esto es lo que puedes hacer

Reinagel aconseja a las mujeres a las que les preocupa especialmente el posible consumo de pesticidas que tomen algunas medidas para reducir la exposición, entre ellas:
  1. Optar por alimentos de origen orgánico, si están dentro de su presupuesto.
  2. Investigue aquellos alimentos con una mayor exposición a pesticidas (como manzanas, uvas, pimientos, espinacas, fresas y otras frutas y verduras que probablemente tengan mayores residuos de plaguicidas) y limite su consumo a una porción diaria.
  3. Lave bien las frutas y verduras para eliminar los residuos de la superficie. Puede rociarlos con vinagre blanco, frotarlos vigorosamente y enjuagar con abundante agua limpia.
  4. Limite el uso de pesticidas dentro y alrededor de su hogar y jardín.