Desde su domesticación, hace miles de años, el perro se
convirtió en uno de los animales de compañía por excelencia y en un complemento
para nuestra vida: es nuestro amigo incondicional, un integrante más de nuestra
familia, capaz de darnos alegría y asistencia en casos de discapacidad y
también en las misiones vinculadas a la seguridad.
Basados en experiencias anteriores y en esa complicidad casi
natural entre el hombre y el perro, la División K9 (canino, en inglés) de las
Fuerzas Especiales de la Policía de la Ciudad se formó, el 20 de noviembre de
2018, con esta dupla imbatible para llevar adelante tareas de seguridad y
control de situaciones de riesgo.
El subcomisario Hernán Giuliodori es el jefe de esta
división y cuenta que la tarea de los perros de la K9 es operar en conjunto con
la División Operaciones Especiales y la División Negociadores en todas las
intervenciones de alto riesgo donde participe el Departamento Fuerzas
Especiales.
Para qué entrenan a
los perros de la División K9
Los especialistas de la K9 entrenan a los perros para
intervenir en situaciones de crisis con rehenes, personas atrincheradas y
parapetadas, crisis de salud mental, patrullajes en zonas de alta complejidad y
en todos los servicios que les ordena la Superintendencia de Operaciones de la
cual depende el Departamento de Fuerzas Especiales.
Para esta tarea, Giuliodori comenta que “recurren a los años
de experiencia en el trabajo con canes, toman cursos en distintas Fuerzas
Armadas y de seguridad nacionales y extranjeras, en la Facultad de Ciencias
Veterinarias, y suman la especialidad de enfermería veterinaria y, también
realizan distintos cursos y capacitaciones en operaciones especiales”.
A la hora de seleccionar a los perros, buscan los de una
raza acorde a la actividad a emplear, de fenotipo mediano y con carga genética
alta. Los ingresan de pequeños, de aproximadamente dos meses, aunque también
han adoptado algunos adultos jóvenes.
Las razas que entrenan son el pastor belga Malinois para
intervención táctica y doble propósito y el dogo argentino para patrullas en
zonas de alta complejidad. Los perros reciben alimentación de primer nivel, les
hacen chequeos y controles diarios en base a un plan sanitario trazado por la
K9.
Cómo son las jornadas
de entrenamiento
El jefe de la división explica cómo son las jornadas de
estos perros: “Tienen guardias de 24 por 48 horas. En esas 24 horas, se
realizan entrenamientos cortos en horarios discontinuos, descansando y
recreándose el resto de la jornada en el caso de no haber ninguna intervención
real. Los días francos, los operadores pueden llevarse a sus canes a su domicilio
siendo esto lo más beneficioso para el vínculo entre ellos. Los canes tienen
una operatividad de entre siete y ocho años dependiendo del fenotipo y del
genotipo de los mismos”.
A los perros, los entrenan en técnicas de condicionamiento
instrumental/operante “lo que lleva ejercicios en base a apetencias por juego
y/o comida”.
“Podemos decir que es una asociación positiva en la que
cuando realiza un ejercicio deseado para nosotros, algo bueno o placentero
aparece (lo que se traduce en juego, comida, felicitación en manada). De esta
manera se da lugar a la asociación de que la conducta se repita. Y en el caso
que realice un criterio no deseado por nosotros, nada bueno y/o malo aparece.
Obteniéndose como resultado que la conducta se debilite o desaparezca. Por tal
motivo, el período del adiestramiento dura entre dos o tres años, dependiendo
de la especialidad”, explica Giuliodori.
Violencia y drogas no
forman parte del entrenamiento de los perros de la K9
Ni la violencia ni las drogas, como comúnmente se cree,
forman parte de los entrenamientos. Estos perros adoran recibir sus recompensas
las que van desde caricias (las que más le gustan), más juego y comida. Estos
son sus grandes estímulos por cumplir con el aprendizaje y la tarea. Además, y
equiparándose al plantel humano, durante el entrenamiento y las misiones tienen
protección visual y chaleco balístico.
Hoy el plantel canino es de 10 operadores de cuatro patas en
las distintas especialidades: intervención táctica, doble propósito y patrullas
de alta complejidad. Dos ya están operando en intervención táctica, uno en
doble propósito, dos en patrullas de alta complejidad y el resto de la manada
sigue en su proceso de aprendizaje.
Cuando ya les llega el momento de retirarse del servicio, a
los perros se les busca una familia o, lo más probable, es que se los lleve su
compañero humano.
El trabajo con estos animales en la K9 es fiel reflejo del
concepto de UNA Salud donde lo inherente al hombre y su bienestar está
involucrado con el ambiente y, especialmente, con las otras especies con
quienes compartimos el planeta.
Por Guillermo Lobos
No hay comentarios:
Publicar un comentario