miércoles, 22 de febrero de 2023

EL SERVICIO ROSARINO DE LECTURA PARA CIEGOS TENDRÁ SU BIBLIOTECA DIGITAL

 


Las personas ciegas y con otras discapacidades que les impiden leer de forma convencional consultarán on line las colecciones accesibles de las bibliotecas Argentina y Estrada. El área fue pionera en el país

Cerca de cumplir treinta años, el Servicio de Lectura Accesible (SLA) para no videntes de la Municipalidad fue pionero en su tipo en la Argentina. Ahora las personas ciegas, y también aquellas con otras discapacidades que les impiden leer de forma convencional, podrán acceder de manera más directa y ágil a las colecciones digitales del servicio de las bibliotecas Argentina Juan Álvarez y José Manuel Estrada, siempre de manera gratuita. Son cientos quienes apelan a esta modalidad para conectarse con textos literarios y de estudio, en un movimiento que implica inclusión y democratización del conocimiento.

Gustavo Carranza está al frente del área y fue a su vez el primer operador del SLA, apenas se fundó el 3 de octubre de 1994 en la tradicional biblioteca de la cortada Juan Álvarez, a propuesta del Movimiento de Unidad de Ciegos y Ambliopes de Rosario (Mucar). El particular servicio pasó por distintas instancias y en breve suma una mejora que apuesta a borrar las diferencias entre los usuarios, ya que aquellos con discapacidad visual hoy solicitan los títulos que les interesan telefónicamente. Lo hacen en el horario de funcionamiento de las reparticiones públicas, luego deben esperar a que el personal ubique los archivos y se los envíe a su correo electrónico.

La novedad es que los suscriptos podrán consultar el catálogo las 24 horas de los 365 días del año, solicitar el material vía web y descargarlo de manera automática, anticipa Carranza. La disponibilidad de libros digitales irá en progresivo aumento ya que el plan es cargar cada vez más. Los que no están al alcance de un click en el ciberespacio y los de autores publicados por la Editorial Municipal de Rosario (EMR) en distintos géneros se priorizarán sobre el total de tres mil títulos que ha ido reuniendo el SLA en casi tres décadas. Por cierto no son solo libros sino también material universitario específico ya que el área trabaja de manera coordinada con la Universidad Nacional de Rosario y con la Tecnológica, recuerda Carranza, él mismo no vidente.

Para salvaguardar cuestiones legales relacionadas con el copyright, la nueva biblioteca digital en línea es un servicio exclusivo para personas con discapacidad, en especial visual, quienes contarán con un usuario y una contraseña una vez registrados a través de un formulario. El archivo al que finalmente acceden está digitalizado en formato rtf (de esta manera se puede abrir con cualquier sistema operativo) y además adaptado por un equipo de especialistas, quienes agregan referencias explicativas toda vez que se presentan gráficos, ilustraciones u otras imágenes.

Para leer los textos digitales, las personas con disminución visual emplean lectores de pantalla con sintetizador de voz o magnificadores de pantalla. Al servicio de las bibliotecas Argentina y Estrada (ubicada en el barrio Echesortu) pueden adherirse particulares que acrediten su condición e instituciones de cualquier lugar del país que asisten a estas personas, como bibliotecas, escuelas, organizaciones no gubernamentales y universidades, entre otras.

Van a encontrarse libros adaptados (enteramente o algunos capítulos), así como folletos, artículos, publicaciones periódicas, ponencias y trabajos de investigación pertenecientes a todas las disciplinas. Amén del personal municipal afectado a estas tareas, el SLA cuenta con un grupo de voluntarios que colabora en la corrección de textos y la adaptación de ciertos contenidos (tablas, cuadros o imágenes), leen de forma presencial a los usuarios que lo solicitan y graban audiolibros en la cabina destinada a tal fin. Para ser destinatario, no hay restricciones en cuanto a la nacionalidad o el lugar de residencia. La ventaja es que pueden ejercer el derecho a la información, un derecho humano básico.

Vuelven los talleres de lectoescritura Braille

La Unión Mundial de Ciegos calcula que solo el 10 por ciento de los libros que se publican son accesibles para las personas ciegas o con otra dificultad para leer la letra impresa. La creación de materiales accesibles equipara oportunidades. En Rosario, el servicio de lectura para no videntes funcionó durante dos años en la biblioteca Argentina y en 1996 se sumó también la Estrada. Con los años los equipos que trabajan en la adaptación y selección del material se agrandaron y comenzaron a ofrecerse charlas, jornadas, ciclos de cine con audiodescripción.

Hoy el personal digitaliza textos impresos, convierte textos digitales a archivos de audio con voz sintética, imprime en sistema braille (por ejemplo cartas de restaurantes y cartelería para instituciones), lee y graba textos con voz humana. El servicio cuenta además con una sala de lectura donde hay computadoras adaptadas con Internet. Los interesados pueden asesorarse acerca de tecnologías relacionadas con el acceso a la información o tomar talleres. El titular del área, Gustavo Carranza, anunció que tras varios años de pausa (entre la reforma de las instalaciones de la Biblioteca Argentina y la pandemia después) en abril vuelven los talleres de lectoescritura braille para la comunidad.

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