Según las cifras
oficiales provinciales, hubo un incremento de más del 200% en la matrícula de
estudiantes con discapacidad que realizan sus trayectorias educativas en las
secundarias comunes en un período de cuatro años: se pasó de 1.648 estudiantes
en 2018 a 3.673 alumnos en el 2022 (los datos de 2023 se están terminando de
cargar) También se crearon 273 cargos para la modalidad de educación especial
con el fin de acompañar el proceso.
-¿El aumento de la inclusión de chicos con
discapacidad en las escuelas comunes, implica, correlativamente, una
disminución de la matrícula en las escuelas especiales?
-Lo que se fue
observando como un fuerte movimiento inclusivo es la disminución de la
inscripción en el Nivel Inicial de la modalidad, lo que implica que hay más
chicos en el nivel inicial obligatorio, que es por donde arrancan los proyectos
inclusivos. En las escuelas primarias se mantiene.
-¿Y en el secundario? ¿Cómo se llegó a estas cifras de
aumento?
-El incremento más
fuerte en los proyectos de inclusión fue en el nivel secundario. Desde que
iniciamos la gestión, implementamos una política educativa inclusiva para
ampliar el derecho a la educación de los estudiantes con discapacidad en los
niveles obligatorios (comunes); y el nivel secundario era donde los chicos
tenían menos concurrencias. Veíamos que una vez finalizado el 7mo grado,
nuestros alumnos se inscribían muy poco en el nivel obligatorio del secundario.
Y quienes transitaban ese nivel, desertaban o volvían a la escuela especial o
bien no tenían todos los espacios curriculares transitados.
Por lo cual empezamos a
hacer en el 2020 las propuestas denominadas "Ampliación de las
experiencias educativas en el nivel secundario desde la perspectiva de
derechos", con un trabajo con los supervisores y los directores de las
escuelas, con propuestas también de capacitación desde el Ministerio de
Educación y trabajos territoriales con las secundarias, para ir fortaleciendo
los procesos inclusivos que llamamos "De la inclusión a la
convivencia". Además, viendo qué efectos produce que los chicos estén
escolarizados en espacios comunes y cómo estos procesos de escolarización
construyen subjetividades, no solamente en las personas con discapacidad sino
también en aquellos con los que están compartiendo el aula.
-¿Cuál fue
en concreto el trabajo que se hizo?
-Hubo un movimiento de
revisar y revisitar el interior de las escuelas especiales para poder acompañar
en los procesos de inclusión en la secundaria; lo que implicó también poder
revisar la organización de la escuela especial y conocer cómo acompañar. Esto
también lleva a que tuviéramos que crear más cargos. Desde que iniciamos la
gestión hasta la actualidad fuimos creando cargos: en total son 273 cargos
tanto de "maestro de apoyo a la inclusión" (el nombre formal es
"maestro de grado diferencial, función integración"), como de equipos
técnicos de las escuelas especiales y asistentes escolares que se van
requiriendo, porque no es que las escuelas especiales dejan de trabajar.
"No se cierran"
-Esto último que
Ud. dice sería importante aclarar, porque hay algunas escuelas especiales
preocupadas de que se las cierre…
-Sí, es
justamente un temor que tienen. Nosotros decimos que al contrario, las escuelas
especiales van a crecer. De hecho, tenemos generados expedientes para
creaciones de escuelas. Por ejemplo, en Coronda en estos momentos funciona un
servicio y la idea es poder crear ahí una escuela especial. En Barrancas
también: se gestionó la creación de servicios educativos pedagógicos para
acompañar en otras localidades. O sea que la modalidad, al funcionar
transversal a los niveles obligatorios, se expande porque requiere mayor
cantidad de recursos humanos para poder estar acompañando e interviniendo.
En sí la escuela
especial no es que desaparece, sino que se transforma. Y se está transformando
incluso hasta en su formato original: no con todos los chicos adentro, sino yo
digo siempre con estas entradas y salidas de los chicos ¿Qué quiere decir? Que
priorizamos que ellos estén transitando el nivel obligatorio, porque la
obligatoriedad es un derecho que hay que garantizar. Y la escuela especial
tiene mucho para aportar, incluso estamos trabajando con los "espacios de
apoyo complementarios". Es decir, la modalidad tiene una especificidad que
tiene que estar acompañando tanto en discapacidades sensoriales como en
discapacidad mental; espacios que son irrenunciables: como el aprendizaje de la
lengua de señas, el de movilidad para las personas con discapacidad visual, los
espacios de alfabetización y de otros talleres que vengan a complementar el
trabajo para poder acompañar en ese proceso educativo de las personas con
discapacidad. Siempre resguardando y cuidando el espacio común; y mirándolo en
términos de que son espacios donde tienen que estar todos aprendiendo a convivir
en los espacios curriculares.
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