“La conocía a María hace muchísimos años, cuando era chico. Desde el primer día le había pedido que sea mi madrina y me dijo que sí. Me apoyó en todo lo que tiene que ver con mis actividades, con la institución y fue mi mentora. Tengo el honor de ser su discípulo en lo que tiene que ver con la cultura”, explicó Pedro.
Al tiempo que recordó: “Pasé la mayor parte del tiempo de mi vida con ella. En los últimos años, también estuvimos yendo a muchos lugares juntos, vimos desde temas culturales hasta académicos”.
Pedro soñaba en secreto con este museo, que fue tomando forma bajo el madrinazgo de Kodama. “Es en homenaje a ella y a todo lo que hizo en silencio por las personas con discapacidad, como por ejemplo dar lugar a una escuela de lengua de señas en la Fundación Internacional Jorge Luis Borges”.
“Se me ocurrió hace 12 años, pero lo importante también fue con quien: María Kodama y Grisel Schellenberg. Ellas me apoyaron y fueron las primeras a las que se los conté y les pedí mantener en secreto y discreción todo ese tiempo para guardar la idea y poder ir armando un patrimonio que hoy es muy grande. Son obras de arte y materia histórica, pero también de órtesis y prótesis, por ejemplo, que tiene que ver con discapacidad”, explicó Pedro.
Según indicó, con estas obras (y el museo) buscan “llevar a la reflexión, enseñar y también recordar a todas las personas con discapacidad que ya no están en este plano”. Y sobre este punto fue que se decidió elegir, en un primer momento, a 80 artistas, siendo que la 79 es Kodama. Se trata del número de personas queridas para Pedro que se “han ido a galopar al océano de plata como unicornios, porque están en el cielo”.
“Este museo, entonces, también es rendir honor a ellos, en donde cada artista representa un alma. Todas las obras enseñan y llevan a pensar lo que se siente, o no, tener una discapacidad, que no es algo ni negativo ni positivo, simplemente es algo que está allí y hay que aceptarlo”, señaló el artista. Asimismo, advirtió que este espacio es “una columna vertebral fundamental para que la discapacidad siga tomando un ritmo correcto en el área académica, política y social, y que nosotros sigamos siendo integrados en busca de la plenitud y la felicidad que tanto merece, como cualquier ser humano que está en esta condición”.
Este espacio multidimensional tendrá una primera inauguración este jueves 3 de agosto, pero luego se exhibirá en varias sedes de la Argentina. Es que, a medida que se vayan agregando sedes, se irá visualizando la perspectiva científica y la evolución histórica de los tratamientos y elementos terapéuticos destinados a las personas con discapacidad.
“Un hito será la inauguración de otra sede, a principios de octubre, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, que cuenta con su propio museo y patrimonio sobre la historia de los grandes científicos e instituciones médicas de la Argentina”, adelantaron desde la organización.
En ese tono y ante la consulta sobre las razones de que este museo tenga varias sedes, en muchas tierras, y no una sola; el artista explicó que “así es el espectro autista”. “Las personas y las cosas no están en un solo lugar. Los sentidos y los sentimientos, tampoco”
“Es importante recordar que el museo y muchas de las obras representan a personas que ya no están de manera física con nosotros y se llama María Kodama por todo lo que ha hecho por nosotros, desinteresadamente y especialmente en mi caso, enseñándome y compartiendo la vida como la hemos compartido”, afirmó Pedro.
En tanto, al ser consultado sobre cómo se imagina que reaccionarán las personas ante la muestra, el artista afirmó: “Es muy difícil porque es un museo en el cual no solamente participan personas con discapacidad, sino que está armado principalmente por material histórico y un valioso patrimonio de obras de arte, en donde los artistas, que hay contemporáneos y de primera línea profesional, han puesto su obra y su mente y su corazón en enseñar lo que es la discapacidad”.
De todas formas, advirtió: “Creo que el resultado de quienes vean y puedan vivir la curaduría, además del paseo de todo el museo que está hecho de una forma muy peculiar, se irán, en general, con una sonrisa y emocionados. La mayoría de las personas que han venido a conocerlo, cuando aún está cerrado al público, se han ido con lágrimas en los ojos y formando parte de lo que nosotros consideramos una familia de más de 150 artistas”.
Lo cierto es que este museo no es el primer “hito” de Pedro. Hace varios años creó el Foro Internacional Suizo-Argentino de la Discapacidad, un espacio único en Argentina y el mundo, dedicado a esta temática, el cual, por estatuto, debe ser presidido por una persona con autismo. “El autismo, por supuesto, es una discapacidad. Por lo cual, a veces, tengo crisis, me cuesta sociabilizar, tengo muchos problemas sensoriales y de literalidad, en cuanto a la comprensión de algunas cosas. Pero aprendí a valorar, respetar y amar mi autismo, creo que tengo que estar orgulloso de lo que yo mismo defiendo”
Este foro tiene por objetivo “el desarrollo e integración de decenas de jóvenes, a través de métodos y espacios tan diversos como la equinoterapia, un centro de recreación y una escuela de modelaje, entre otros”. “Son 18 equipos transdisciplinarios, muchos conducidos por personas con discapacidad. Y con el apoyo de más de una docena de representaciones diplomáticas en la Argentina”, agregó.
En tanto, en lo que se refiere al museo, Pedro es acompañado por “un pequeño y prestigioso equipo de personas del ámbito diplomático, cultural, académico, profesional y de la sociedad civil organizada”, siendo que mediante la curaduría, el visitante “va descubriendo, a través de cada pieza, los estados de ánimo y el interior de las personas con distintas discapacidades. La experiencia vital de esos sentimientos la tiene quien los transita. O quien desde el lugar familiar, terapéutico o de amistad, acompaña. Puede haber dolor, ausencia, pero también hay entusiasmo y alegría”, concluyeron desde la organización.
Fuente Infobae
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