martes, 17 de octubre de 2023

A pura magia




Alejandro Cuervo, Omar Sauchuk, Cinthia Ávila y el show con el primer mago profesional con Síndrome de Down del país. 

“Ahora te toca a vos, pero no hagas un papelón”, le bromea Alejandro Cuervo, a su compañero Omar “Omi” Sauchuk. Los dos ríen y el público festeja esa complicidad, previa a la fantasía. Juntos son la pareja de magos de la compañía Magia inclusiva, desde hace casi una década, donde entre teatro, ilusionismo y comedia, dan un mensaje de igualdad a grandes y chicos.

“Ale”, tiene 33 años y es el primer mago profesional del país con síndrome de Down. Es un showman en todo su esplendor. Conoce a la perfección la forma en que su rutina repercute en los espectadores. Maneja tiempos y silencios. Sabe cuando improvisar y cuando no. Huele un segundo antes cuando va a recibir aplausos o risas más enfáticas y se prepara. Por momentos es partener, por momentos protagonista; todo depende de sus miradas con su amigo y compañero. Siempre pareciera que lo hacen como un juego y eso llena la actuación de frescura.

“Lo que más me gusta es hacer reír a los chicos, a veces me hago el chistoso cuando hago un truco”, l dice  mientras abraza y sonríe a sus compañeros de escenario "Omi", o "MagOmi", y a Cinthia “Nina“ Ávila, la directora del espectáculo.

El show de Mágia Inclusiva se fue transformando poco a poco en clásico de la escena nacional y un emblema de calidad e inclusión. Con una estética y producción muy elevada los chicos fueron cosechando aplausos asombros y carcajadas, en los más diversos escenarios del país y el exterior, incluido el imponente Luna Park.

Su trabajo fue declarado de interés cultural de la Nación, cosecharon menciones en la legislatura porteña y la bonaerense, fueron declarados corresponsales de paz, hicieron giras por España y Chile, donde actuaron para los mejores magos del planeta y fueron protagonistas de notas escritas para medios como la BBC y la Vanguardia de España.

“La base de todo está en el vínculo, nosotros tuvimos química desde el primer momento, y eso hizo que lo que pase en el escenario se construya a partir de la complicidad", señala Omar. "Lo que hacemos nunca es una secuencia de trucos, sino crear una atmósfera de risas y juegos para ir generando una ilusión; hay una frase que no es mía pero que resume todo que dice que la magia no está ni en el truco , ni en el mago sino en el público ilusionado”, señala el mago que además de partener es el profesor de Alejandro.

El asistente que nunca fue y el mago que nació

Magia Inclusiva nació en octubre del 2014. Cinthia ya era la vicedirectora de la compañía de arte inclusivo Ilusiones en Lanús, donde conoció a Alejandro, un chico con Síndrome de Down, muy entusiasta y curioso, que quería trabajar. En paralelo conoció a Omar, de Avellaneda, que trabajaba con su espectáculo de magia, y necesitaba un asistente. 

“Tengo alguien para presentarte”, le dijo, y concretaron una cita. Pero las cosas no salieron exactamente como la pensaron.

La química fue tan instantánea como las ganas de aprender de Alejandro, que jamás tuvo ese rol que buscaban. “Yo le explicaba a Ale lo que necesitaba de él, le explicaba de sonido, de los elementos, de las cosas que me tenía que pasar; pero nada de eso le interesaba, sino saber para qué era cada cosa", recuerda Omar que, casi sin darse cuenta, estaba dando origen a Magia Inclusiva. 

Desde ese momento, Alejandro Cuervo tiene su contrato, su sueldo y si bien estudió para educador ambiental egresado de la Universidad Austral, hoy Mágia Inclusiva es su forma de vida, y lo toma con esa responsabilidad. “No es solo el show, hay que preparar cosas antes y después, y lo tengo que hacer porque a mi me gusta comprarme ropa o invitar a mis amigos a comer con mi plata”, cuenta.

Omar reconoce que muchas veces siente que “lo felicitan por incluir a Ale”, y cuenta que ese es concepto le hace ruido porque explica que “son socios y que la inclusión es mutua y horizontal”. La directora del espectáculo replica esa idea: “A veces nosotros sentimos que nos hablan como si fuéramos personas elevadas que le hacen un lugar, pero nunca fue así, este es una construcción de tres, con una dinámica propia”.

“A veces las personas nos pregunta si somos familia, o si nos conocíamos de antes, pero la verdad es que los años y la magia nos hizo como una familia”, cuenta Cinthia, quien además es psicóloga, escritora y trabaja con más de 400 chicos con diferentes discapacidades en Inclusiones.

El momento para la ilusión

Los tres construyeron una gran amistad con el paso de los años y eso se pone de manifiesto en la complicidad de sus miradas cada vez que comparten un espacio, pero el que está todo el tiempo dando demostraciones de cariño es Alejandro. “Yo quería ser mago para pertenecer a la familia”, bromea una vez más.

“No es un momento fácil para la ilusión", señala Omar y agrega: "Es verdad que la tecnología y los nuevos tiempos han limitado la capacidad de asombro, pero en un punto es tan necesario compartir un momento de fantasía que la gente lo siente como una renovación de aire puro”.

Para todos, lo que pasa con Magia inclusiva, es lo verdaderamente mágico. Principalmente cuando ven que su espectáculo ayuda a inspirar a otros a animarse a hacer cosas, más allá de las dificultades. "Nuestro slogan es todos podemos”, cierra Cinthia y ahora es ella la que le devuelve una demostración de cariño a Alejandro.

Así transcurre el día a día de la compañía Magia Inclusiva, que a lo largo de todos estos años pisó innumerables escenarios que trascienden las fronteras provinciales y nacionales. Sin embargo, los tres integrantes de esta historia reconocen que el viaje a España fue un parteaguas en sus carreras. 

Fue en 2018, cuando llegaron invitados por la fundación española Abracadabra que organiza espectáculos con una mirada solidaria. De esa forma realizaron shows en Valladolid y Barcelona que fueron todo un éxito.

Tanto que fueron invitados por los mismísimos magos españoles Juan y Ana Tamariz, a quienes definen como "una leyenda viviente de la magia con un lugar destacado entre los ilusionistas más importantes del mundo”. “En España compartimos en su escuela una clase de magia con aprendices. Hicimos un show para la gente que estuvo ahí y después compartimos escenario con Ana Tamaris y otros magos que se presentaban en Madrid”, rememora Cinthia. 

Nunca pensaron que un juego entre dos personas que recién se conocían podía terminar en un reconocimiento internacional junto a las leyendas de la disciplina, pero pasó casi sin que se dieran cuenta. Casi como por arte de magia. 

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