Leonardo Russo, de 33 años, se
dedica en sus tiempos libres a cambiarles la vida a las personas con
discapacidad. Y es que este joven encontró a través de sus conocimientos en
programación la oportunidad de acercarles el uso del dispositivo móvil a través
de una app llamada Blind Communicator
Los avances de la tecnología
trajeron aparejados cambios rotundos en el día a día de las personas, muchos
problemáticos, claro, pero también beneficios en los campos de la ciencia y la
medicina que permiten una mejor calidad de vida.
Sin embargo, cómo se podía
adaptar la tecnología a la vida de las personas con discapacidad para mejorar
su bienestar no fue un camino fácil de descubrir. Pero la mirada curiosa de
ciertos individuos bastó para generar una tecnología integral y accesible para
todos.
Uno de ellos es programador y
empleado público llamado Leonardo Russo (33), quien hace casi diez años tuvo
una idea basada en una aplicación para promover la integración social de
personas con diversas discapacidades.
"En el año 2012 me encontré
con un amigo que hace mucho tiempo no veía y me contó que le sdaba clases a
personas con discapacidad visual para que puedan usar computadora de escritorio
y me comentó las dificultades que tenían los alumnos para poder utilizarlas, y
me preguntó 'a vos que te gusta programar quizás podrías darles una mano
ideando algo'", recordó Russo
Fue entonces que Russo creó un
programa para simplificar la tarea a los alumnos con discapacidad visual, que
implicaba una guía de voz que iba relatando paso por paso a los alumnos para
que puedan aprender. "Desde ese
entonces me di cuenta de que todavía faltaba mucho para que las personas con
discapacidad puedan integrarse en el mundo de la tecnologíaFue así que a fines
del 2012, y ya dejando de lado las computadoras de escritorio, comenzó a probar
más ideas para que las personas puedan usar un dispositivo móvil: "Se me
ocurrió hacer una adaptación para las computadoras y los celulares, ya que las
de escritorio estaban quedando atrás".
Russo presentó una primera
aplicación –Blind Communicator– en el concurso Innovar y quedó nominado entre
2000 proyectos como Concepto Innovador por el enfoque que ofrecía. Desde ahí
todo fue cuesta arriba para el joven y fue en el 2013 que presentó su proyecto
también en la Universidad Argentina de la Empresa y obtuvo un reconocimiento
como alumno destacado. "Cuando me di cuenta, la aplicación era más y más
popular y pedida y decidí publicarla en la tienda de aplicaciones para
celulares y que todo el mundo pueda acceder", enfatizó el creador de Blind
Communicator. El primer impacto de la aplicación fue muy positivo para Russo,
quien no se quedó quieto: "La gente me agradecía de todo el mundo y me di
cuenta de que les estaba cambiando la vida a muchas personas".
La aplicación le permite al
usuario:
– Escuchar música
– Usar una grabadora de voz
– Enviar y recibir mensajes
– Recibir y realizar llamadas
– Crear y eliminar alarmas
– Crear y eliminar contactos
– Navegar por la web
Blind Communicator en un
principio estaba disponible en dos idiomas: castellano e inglés. Sin embargo,
muchas personas le escribían al joven para que pueda adaptar su invento a más
idiomas. "Me escribían desde Brasil, Alemania y demás países para que
adapte la app en un nuevo idioma y así seguir ayudando".
A raíz del éxito que tuvo la
aplicación, el empleado público decidió que debía seguir integrando a la gente
con discapacidad visual a nivel global: "Les dije a las personas que me
pedían traducción que les enviaba el texto de la app pero que me manden ellos
en su idioma y yo lo programaba, porque la traducción oficial era muy
cara", recordó el joven programador.
Hoy Blind Communicator está
disponible en castellano, inglés, portugués, francés, alemán, italiano e
indonesio. "Me gustaría seguir ampliando los idiomas para poder seguir
llegando a más lugares, pero por ahora sigo trabajando en perfeccionar la
aplicación".
En lo que respecta a la app para
para personas con discapacidades visuales, Blind Communicator, Russo decidió
"que fuera gratuita para poder alcanzar a más personas. Como no se le
cobra a una persona ciega por ayudarla a cruzar una calle, tampoco se le
debería cobrar por ayudarla a usar un celular; nadie elige tener una
discapacidad y en consecuencia, nadie debería ganar dinero gracias a una
persona con esa condición", enfatizó.
Lejos de quedarse satisfecho,
después de seguir incursionando con la aplicación, Leonardo Russo siguió bajo
la premisa de integrar a gente con distintas discapacidades: "Desarrollé
Mobility Launcher, un accesorio prototipo que se conecta directamente con el
celular y permite que personas con discapacidad motriz puedan utilizar el
dispositivo móvil".
"En lo personal creo que
pueden existir muchas oportunidades de trabajar por dinero, pero pocas para
trabajar por una mejor calidad de vida de las personas. Es por este motivo que
al menos desde mi lugar, puedo decir que programar para ayudar hace que
cualquier esfuerzo valga la pena", concluyó Russo.
Fuente; Infobae
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